El estudio "Informe Global de Competitividad 2010-2011" elaborado por el Foro Económico Mundial de Davos y recogido por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), analiza doce variables para determinar la competitividad de una economía, como el entorno institucional y macroeconómico, las infraestructuras, la educación, la eficiencia de los mercados y la innovación, entre otros, compara la situación de 139 países.
En el caso de España, el informe atribuye el descenso de su competitividad a la valoración negativa de la situación en los mercados financieros, pero sobre todo en el mercado laboral, donde la falta de eficiencia relega a la economía española al puesto 115 de un total de 139.
El primer lugar del ranking lo vuelve a ocupar Suiza, mientras que Suecia avanza al segundo puesto desbancando a Singapur (tercer puesto) y a los Estados Unidos, que se han quedado en el cuarto lugar. Alemania progresa y pasa a ocupar el quinto puesto en el escalafón, figurando a continuación Japón, Finlandia, los Países Bajos, Dinamarca y Canadá.
El Reino Unido, Francia, Austria, Bélgica y Luxemburgo están entre los veinte primeros países más competitivos del mundo. Irlanda, en cambio, ha retrocedido al puesto 29, mientras que Estonia avanza al puesto 33. La República Checa (36), Polonia (39) y Chipre (40) son, con Estonia, los países mejor situados entre los nuevos miembros de la UE, destacando el considerable progreso polaco y chipriota.
Por detrás de España se sitúan Eslovenia (45), Portugal (46), Lituania (47), Italia (48) y Malta (50). El país peor clasificado de la UE-27 es Grecia, que ocupa el puesto 83.
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