sábado, 5 de febrero de 2011

Aprendamos de Alemania

Las ocho lecciones que España debería aprender del modelo alemán
Las políticas de Merkel en materia de desempleo, productividad, ahorro público, fiscalidad, ayuda a las familias o economía sumergida, entre otras, son un ejemplo a seguir por Zapatero para sacar a la economía española del pozo de la crisis
Isabel Ordóñez

El paso por España de la canciller alemana Angela Merkel para ‘examinar’ las reformas emprendidas por su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dejado una doble fotografía: la que han reflejado la mayoría de titulares de prensa significando que Merkel defiende “los grandes logros” de España; y la que ha pasado algo más desapercibida y que tiene que ver con la necesidad de “mejorar la competitividad”.



La canciller alemana insiste en que, a pesar de los deberes realizados, España, así como el resto de países de la UE, deben realizar un esfuerzo para “demostrar que tenemos la voluntad política de crecer juntos”, por lo que a cada uno le toca “realizar sus tareas”.



Su empeño en contagiar las tesis de su equipo económico al resto de países más lentos en recuperarse de la crisis económica la ha llevado este viernes, 4 de febrero, a plantear y debatir su plan de competitividad con el resto de los Veintisiete países de la UE.



En ese sentido, Merkel criticó en una entrevista concedida a RTVE, en vísperas de la cumbre España-Alemania, la vinculación entre salarios e inflación en algunos países como España, considerando que los sueldos sólo pueden subir cuando se obtienen beneficios.



Lecciones a aprender



Esta lección que la canciller intentará explicar a los países con mayores problemas de productividad y competitividad, como es el caso de España, no es la única a la que Zapatero debería prestar atención. El modelo económico alemán tiene hasta ocho referencias que son un ejemplo a seguir para España.



1. Desempleo. Mientras que España bate records de paro en Europa, Alemania ha conseguido poner en forma a sus empresas, que renuncian a la flexibilidad externa, es decir a la libertad de contratación y despido, para adoptar un sistema con una amplia gama de medidas de flexibilidad interna.



Cuentas anuales de horas de trabajo, sistemas variables de jornada y las conocidas como Kurzarbeit, durante las que el Inem alemán subvenciona el 60% del salario de las horas no trabajadas.



Este sistema permite adaptar la productividad a las necesidades reales del mercado, reduciendo la productividad en época de vacas flacas y aumentándola a medida que se incrementan los pedidos.



Estas medidas, acompañadas de otras que potencian la formación continua y el reciclaje profesional, han conseguido salvar hasta tres millones de empleos durante la actual crisis.



2. Productividad. Mientras los costes laborales nominales por unidad producida en España crecieron en la década anterior a la crisis un 30%, en Alemania sólo lo hicieron en un 1,8%.



Las grandes y medianas firmas alemanas saben que su sistema productivo debe adaptarse de tal manera que pueda vender hasta en China, algo que las españolas no tienen tan claro.



3. Inflación. Al mismo tiempo, la inflación en España superó constantemente la media europea, mientras que la alemana estuvo por debajo, lo que implicó ganar en competitividad.



4. Ahorro público. Esta asignatura, que ha supuesto un gran problema para España en la actual legislatura de Zapatero, la ha aprobado con nota el ministro de Finanzas de Merkel, Wolfgang Schäuble,



5. Rebajas fiscales. Mientras Zapatero parece ignorar la importancia de allanar el camino fiscal a las familias y las empresas, sobre todo las Pymes, Merkel lo tiene claro.



La desgravación de las familias con hijos ha pasado de los 6.024 euros a 7.008 euros, al margen de los ingresos. Además, ha subido las ayudas por hijo en 20 euros mensuales, hasta 184 euros para los dos primeros hijos, 190 para el tercero y 215 a partir del cuarto.



También ha fijado mejoras en el impuesto de sucesiones; y las herencias empresariales a hermanos y primos recibirán trato fiscal similar al de legados a hijos o cónyuges.



También han visto mejorado el trato fiscal los hosteleros, pagando un tipo reducido del IVA del 7% en lugar del 19%. Y las cotizaciones sociales de las compañías españolas, del 30%, no tienen nada que ver con las alemanas, del 11,4%.



6. Sector industrial. Un sector que Alemania no ha descuidado en absoluto mientras España ha tendido más bien a darlo por perdido.



7. Deslocalización. España está viendo como aumenta la deslocalización de las empresas en busca de una mayor rentabilidad; Alemania no ha deslocalizado masivamente los sectores más intensivos en mano de obra a países de bajo coste, sino que practica deslocalizaciones puntuales y mantiene sectores industriales integrales concentrados en su territorio.



8. Economía sumergida. Un problema muy acusado en España Alemania tiene cada vez más controlado, ya que registró en 2010 su cuota más baja desde hace 15 años, con una facturación en negro de 347.000 millones de euros, el 13% del PIB. En España ese porcentaje es del 23%.

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