Miguel Sebastián está decidido en convertir el ahorro energético en la bandera de su ministerio. El titular de Industria prepara un paquete de nuevas medidas de eficiencia y sostenibilidad para que sean aprobadas por el consejo de ministros el próximo viernes, según fuentes oficiales. Esta vez, los protagonistas serán los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas, con los que tiene previsto reunirse hoy martes y mañana miércoles, respectivamente, para explicarles el contenido y la forma de implementación de las propuestas.
Ayer lunes, durante la presentación del Observatorio de Energía y Sostenibilidad que patrocina la cátedra BP/Universidad de Comillas, el director general del IDAE, Alfonso Beltrán, adelantó que el ministerio de Industria trabaja en un nuevo paquete de medidas destinadas a impulsar el ahorro energético. Esta vez el sujeto de la acción será la propia Administración, tratando de aprovechar así el efecto ejemplarizante que puede tener para el resto de la sociedad el hecho de que sean los organismo públicos quienes abanderen esta causa.
Sin dar detalles concretos, pues dijo desconocer cuáles serán las medidas concretas que Sebastián lleve al consejo de ministros del viernes, el responsable del IDAE explicó que el ministerio de Industria tiene identificados 2.000 centros de consumo, para referirse a edificios públicos correspondientes a Ayuntamientos y Comunidades, susceptibles de ser sometidos a planes de ahorro. Este diagnóstico es el fruto de los resultados que han arrojado las más de 100 auditorías energéticas que se han llevado a cabo desde este organismo.
Este nuevo lote de medidas tiene su base en los buenos resultados del programa piloto puesto en marcha en el complejo público de Cuzco, sede de los ministerios de Economía e Industria, donde tras un año en funcionamiento de una serie de actuaciones para reducir el consumo de energía, como la regulación de las temperaturas máximas para la calefacción en invierno (21 grados) y el aire acondicionado en verano (26 grados), entre otras, se ha conseguido rebajar la factura energética total en cerca de 300.000 euros al año.
Como ayer reconoció el titular del IDAE, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, un observatorio público adscrito al ministerio de Industria cuya actividad se circunscribe al impulso de las energías renovables y en el desarrollo de estrategias para el ahorro y la eficiencia energética, la mayoría de estas medidas forman parte del Plan de Eficiencia Energética presentado en 2008. Ese año ya se avanzaron el grueso de las líneas maestras que posteriormente ha ido desarrollando Industria, como el coche eléctrico o las bombillas de bajo consumo.
Incluso la reducción de las velocidad máxima, como se aprobó la semana pasada, es una propuesta de hace dos años, así como el impulso de las bicicletas, favorecidas con una nueva regulación para su uso como medio de transporte hace sólo dos semanas. Otra medida del plan original que podría rescatarse esta semana es la obligatoriedad de que al menos un 20% del parque automovilístico de las Administraciones consuma biocarburantes, renovación de flota que implicaría un coste inasumible para muchas arcas municipales.
Sin embargo, el eje de las actuaciones que se impulsarán esta semana tiene que ver con la eficiencia para los edificios públicos, una medida menos espinosa y controvertida, sobre todo en vísperas de elecciones municipales y autonómicas, que la limitación de la movilidad de los vehículos dentro de las ciudades o de la velocidad en los accesos y circunvalaciones, como sí llegó a implementar la Generalitat bajo el mandato de José Montilla, ex ministro de Industria, iniciativas que ya se recogen en el plan de ahorro que sirve como hoja de ruta a Industria.
El responsable del IDAE, como el ministro Sebastián en otras ocasiones, justificó la controvertida limitación máxima de la velocidad en carretera por ser este segmento, el del transporte rodado, tanto de particulares como de mercancías, el que representa un 40% del consumo energético del país. Por extensión, este factor determina la radiografía de consumo de energía en España, directamente ligada al petróleo, actualmente sometido a tensiones inflacionistas, como también ocurrió hace algo más de dos años, en pleno pico de la crisis.
En el contexto actual, Beltrán reconoció que existe un riesgo precio evidente por nuestra dependencia del petróleo, aunque no de suministro, por lo que defendió la necesidad de desarrollar el plan de ahorro. Los profesores Ignacio Pérez Arriaga, autor del Libro Blanco de la Energía, y Pedro Linares, coordinadores del Observatorio de Energía y Sostenibilidad, incidieron también en la necesidad de España de compensar su modelo energético y de resolver sus ineficiencias, problema al que no ha contribuido el Gobierno con su reciente campaña contra las energías renovables.
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