sábado, 16 de abril de 2011

ZP Desastre,Desastre y desastre

Desastre, desastre, ¡¡desaaassstreeee!!

Post corto, pero directo. Me como mis palabras. La semana pasada aposté por que Zapatero, con el fin de recuperar su nombre para la Historia, adoptaría un renovado papel de estadista, con España como prioridad. Dudaba de su capacidad para ello, pero hice acto de fe. La mucha o poca inteligencia que tenga, la pondrá al servicio de su propia causa; no le queda otra, pensé. Me equivoqué de cabo a rabo. De donde no hay no se puede sacar. Este hombre es un compendio tal de incompetencia, imprudencia e ignorancia a partes iguales que hace bueno a ese Rowan Atkinson-Mr. Bean con el que tantas veces se le compara, física y conductualmente. Su capacidad para provocar incendios no tiene parangón. Oiga, ¿es el mercado? Sí mire, que los ajustes han terminado. Y para meter la pata hasta el corvejón, tampoco. Me equivoqué de fondo chino y de cantidad a invertir en las cajas españolas. Seguro que se pellizcaba el brazo cuando afirmó en su día que cualquiera puede ser presidente del gobierno en este país. Se ha empeñado con denuedo en dar fe de ello. Qué auténtico desastre.

Oiga, ¿es el mercado? Sí mire, que los ajustes han terminado

La primera de sus afirmaciones es absolutamente suicida y pone de manifiesto que, por más que pasen los meses y los años -hasta siete desde su llegada al poder-, ZP no ha aprendido absolutamente nada, ni ganas que probablemente tiene, sobre la psique de ese universo inversor y/o especulador que es quien mueve los fondos necesarios como para sostenerte o condenarte como nación. Una realidad discutible pero que está ahí, no se puede negar. No le sirvieron las experiencias de mayo o noviembre de 2010 ni la de principios de este mismo año. Total, para qué. Sigue primando en su discurso el tacticismo electoral frente a la necesidad nacional. El regalar los oídos a quienes ya no le escuchan, agobiados por el paro, el mayor coste de la vida y el peso de sus deudas. Españolito, que ves la tele, te guarde Dios.

El mensaje, sin embargo, llega nítido fuera de nuestras fronteras a quienes han visto caer a Grecia, Irlanda o Portugal y se cuestionan si no será España la siguiente. Y que lo único que piden para convencerse de que no, es que el gobierno no se salga del camino emprendido antes de tiempo. Cuando una mayoría tiene la sensación de que queda casi todo el trayecto por hacer, el que el conductor del tren se apee a las primeras de cambio es, cuando menos, alarmante. Curioso modo de generar confianza sabiendo, ¿lo sabe?, que a partir de junio las comparativas de recaudación fiscal empezarán a flojear y que una buena parte de nuestro gasto es estructural. El desatino ha sido puesto en precio por la bolsa y los diferenciales de deuda. No se engañen: no importa la boutade china, gota que colma el vaso, si no esto: la negligencia funcional del personaje.

Me equivoqué de fondo chino y de cantidad a invertir en las cajas

Lo de China es, como diría un castizo, pa mear y no echar gota. Y aunque es Zapatero el mayor responsable del error, no le anda a la zaga su equipo de colaboradores que, no nos engañemos, es el que le ha metido en este jardín. De tal palo tal astilla pues, desgraciadamente, es difícil que la mediocridad tolere brillo a su alrededor. Porque todo el mundo sabe que estos viajes se cocinan, que los acuerdos se cierran de antemano y que la cita con el gerifalte de turno no es más que el atrezzo necesario para dar algo de teatralidad a la cuestión y poner color a la foto.

El hecho de que se produzca un anuncio inmediatamente desmentido por la otra parte, que se intente salir del paso arguyendo una confusión de actores, que si públicos que si privados, y que ni siquiera las cuantías y el objeto de la inversión estén claros –lo anunciado permitiría a los chinos hacerse con un tercio del capital de las cajas, ¿es eso lo que queremos?-, pone bien a las claras la estulticia congénita de nuestros negociadores y la fatuidad de quien nos representa que debe creer que tenemos los dedos como palulús de tanto chupárnoslos.

Una metedura de pata que sigue, por cierto, al vergonzoso desmentido del Reino Unido sobre una inexistente conversación con el Príncipe Carlos sobre Gibraltar y, dentro del ámbito de las cajas, al fallido primer experimento con Qatar, que ya ha dicho Diego donde dijo digo. Pensar que va a existir un compromiso de alguien para invertir en algo que no se sabe lo que vale, es del género bobo. Y más cuando se ha optado por delegar en los mismos que han llevado a las entidades financieras a esta situación la solución del problema: sus sagaces gestores. Aliado Civilizacional: te quiero como hermano pero no como primo. Pero, ya se sabe, soñar es gratis.

Desatre, desastre, desaaaasssstrreeee...

Acabo. Desastre total, se mire por donde se mire. Que, en 24 horas, el primer ejecutivo de España, S.A. sea capaz de hacer que sus accionistas, todos y cada uno de los ciudadanos españoles, se muevan entre la indignación-preocupación por su aventurada locuacidad, que nos pone de nuevo en el disparadero de la presión internacional, y el sonrojo-cabreo por su manifiesta incapacidad, que provoca vergüenza ajena, no deja de tener su mérito. Es que ni esforzándose, vaya. Hechos que pasan factura a la imagen de la compañía ahí fuera y generan desazón y desesperación internamente. Pero aquí nadie dimite por decencia personal ni se le echa por indigencia profesional. Amigos, es lo que hay. Hasta que digamos basta de una vez por todas. ¿A qué estamos esperando? El voto manda. Reflexionen. Feliz Pascua de la Resurrección del Señor a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario