Los inversores vuelven a deshacer posiciones en la deuda pública española. Durante la jornada de ayer este deterioro relanzó la prima de riesgo hasta los 195 puntos básicos. Al cierre de los mercados esta brecha se redujo hasta bajar incluso de los 190 puntos.
La apertura de la jornada de hoy ya reflejaba un nuevo aumento en este diferencial, y una hora después del inicio de la jornada en la bolsa española el riesgo país acababa tocando los 200 puntos básicos.
El interés exigido al bund alemán se situaba en el 3,42%, mientras que el exigido al bono español a diez años repuntaba hasta alcanzar el 5,42%.
La brecha sigue siendo acentuada a más corto plazo. La rentabilidad del bono a tres años roza el 4%, mientras que la del bono alemán al mismo plazo cotiza en el 2,16%.
Las últimas semanas habían apaciguado un tanto las dudas de los inversores internacionales hacia el sector financiero español. Las alertas se habían concentrado en la CAM. Finalmente, a última hora de ayer se conoció el dictamen del Banco de España sobre los planes de recapitalización de los bancos y cajas, y el resultado incluye la nacionalización, además de la CAM, de CatalunyaCaixa, de Novacaixa y de Unnim.
Alertas periféricas
Los temores a una reestructuración de la deuda de Grecia, reforzados por el Gobierno alemán y por el BCE, relanzaron ayer los recelos hacia el conjunto de la deuda periférica. Los seguros de impago (CDS) del país heleno marcaron nuevos máximos, por encima de los 1.100 puntos básicos. Sus bonos a tres años se mantienen hoy al filo del 19% de interés. En Portugal, la deuda a cinco años supera el 10,5%.
La rebaja de Moody's del ráting a Irlanda, a un paso del 'bono basura', ha añadido hoy unas dosis adicionales de tensión. El diferencial de su deuda a cinco años respecto a la de Alemania se amplía hoy 20 puntos básicos, hasta los 724 puntos.
Reestructuración en Grecia
Las alarmas se dispararon ayer en el conjunto de la periferia después de que el Gobierno alemán reconociera por primera vez que Atenas podría verse forzado a reestructurar su deuda. Así lo cree un 60% de los analistas consultados por Reuters, frente al 40% respecto a Irlanda y al 30% de Portugal.
Desde el propio BCE han advertido de sus efectos. El italiano Lorenzo Bini Smaghi advertía de que "reestructurar la deuda griega implicaría una serie de efectos que tendrían que ser valorados detenidamente. Entre ellos, que la ayuda financiera dada por otros miembros de la Unión Europea no sería reembolsada, lo que significa que los contribuyentes de esos países perderían miles de millones de euros".
Hoy el mercado espera conocer los planes del Gobierno griego, que tiene previsto presentar un paquete adicional de austeridad por valor de 23.000 millones de euros entre 2012 y 2015, que permita al endeudado país sanear sus cuentas públicas.
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