Mientras su partido estuvo en la oposición, salieron a la calle y alborotaron cuanto pudieron, clamando contra la supuesta intervención militar del Ejército en Irak. Ahora que su partido está en el Gobierno de la nación y se ha unido a una coalición que bombardea Libia, miran para otro lado.
Los “artistas” del No a la guerra siguen mudos y sordos ante la inexplicable política exterior de uno de los suyos, Rodríguez Zapatero, que ha embarcado a España en una guerra contra un país cuyo dictador era hasta hace meses motivo de culto en nuestro país. Pese a que los intereses petrolíferos subyacen tras los bombardeos de la coalición internacional contra ciudades libias, con centenares de víctimas civiles, los “artistas” de la algarada callejera no han dicho “esta boca es mía”. Su ministra Chacón ha enviado aviones y soldados para combatir junto al otrora odiado ejército de Estados Unidos. Una suerte de amnesia moral parece haberse apoderado de los anteriores pacifistas; tan anteriores que habría que cifrarlos antes de la llegada de los socialistas al poder.
Mientras tanto, Javier Bardem acompañó hace unos días a la también ex pacifista Penélope Cruz para recibir su estrella en el célebre Paseo de la Fama, actividad mucho más agradable que la de salir a vocear contra la guerra de Libia.
Por su parte, Víctor Manuel acaba de iniciar unas vacaciones por los fiordos noruegos acompañado por su mujer Ana Belén y la ex ministra de Cultura de infausta memoria, Carmen Calvo. También es más agradable que alborotar en las calles.
Para alejarse del ruido socialista que invade nuestro país, el sensible Pedro Almodovar, que acusó al gobierno del PP de intentar un golpe de estado, se ha convertido definitivamente en carne de prensa rosa y aparece en Hola de esta guisa: “El director manchego Pedro Almodóvar ha decidido alejarse unos días de Madrid y se ha instalado en París donde se le ha podido ver paseando con un grupo de amigos por la ciudad del amor. Vestido de sport y muy sonriente el director recorrió algunos de los lugares más frecuentados de la ciudad”.
Fascinante crónica, a la altura de su protagonista, que no parece por la labor de asomarse a la Castellana a vociferar, habilidad esta en la que ha alcanzado una notable destreza.
En cuanto a Pilar Bardem, madre putativa del clan de los “artistas” de la ceja y a la sazón, presidenta de una cosa como la SGAE pero más discreta y rentable, la Aisge, que quiere decir Artistas e Intérpretes Sociedad de Gestión, ha estado muy ocupada escribiendo una carta a los socios de la cosa: “El Ministerio de Cultura no figura entre las papeletas más sencillas de la política española, y menos en estos tiempos de cinismo aprovechado y chantajista por parte de quienes se dicen adalides de las nuevas tecnologías y del nuevo orden digital”
La entidad que presiden Bardem madre recaudó el último año 32,14 millones de euros, de los que repartió entre los actores, sus socios, 23,8 millones de euros. La Aisge, consciente de su responsabilidad social y solidaria siempre con las necesidades de la nación, invierte una parte considerable de sus recursos en bolsa. Entre una cosa y otra, Pilar Bardem tampoco ha podido expresar su más enérgica protesta por la guerra emprendida por su presidente.
Concha Velasco anda entre Asturias, San Sebastián, Barcelona y Madrid con sus funciones teatrales y sus apariciones en prensa rosa y programas más o menos basura de televisión. Su agenda ha estado por lo tanto muy cargada.
En cuanto al organizador y financiador del No a la guerra, el dueño de La Sexta, nacionalista y ex Bandera Roja Jaume Roures, sigue explotando con más pena que gloria el último regalo que su presidente le ha hecho, una cadena de pago para vender partidos de fútbol.
Así que entre trabajillos y viajecitos, los “artistas” de la ceja no han tenido tiempo de alborotar en las calles de nuestras ciudades. Sin duda esa habría sido su intención a la vista de la política militarista de su presidente, pero es que hay legislaturas en que uno está tan, tan ocupado.
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