jueves, 14 de abril de 2011

Telefonica a Restructurar

Telefónica ha anunciado que está contemplando la posibilidad de reducir su plantilla en España alrededor de un 20% en los próximos tres años.

Eso quiere decir que, como cuenta con unos 32.000 trabajadores (28.000 en el negocio fijo y 4.000 en el móvil) se podría estar hablando de unos 6.400 empleados, aunque esta cifra es una mera aproximación y puede ser inferior o superior dependiendo de muchos factores, como el nivel de subcontratación que se logre en diferentes procesos y el grado de flexibilidad que se obtenga en las condiciones del convenio.

El problema para Telefónica es que esta medida es necesaria pero al mismo tiempo muy difícil de lograr. ¿Por qué? El grupo logró el pasado año casi 10.200 millones de beneficio neto (aunque más de 3.000 de estos beneficios sean un apunte contable). Con este panorama, “vender” la necesidad de una reconversión millonaria es una tarea ardua desde el punto de vista político y social, en un país con cinco millones de parados.

Sin embargo, la necesidad de recortar costes es acuciante. Hasta la crisis, Telefónica tenía la capacidad de seguir captando una parte del crecimiento del mercado a pesar de vender su ADSL casi un 50% más caro que los demás. Desde que la crisis, nos ha vuelto más “alemanes” en el comportamiento económico y miramos más el euro, la captación de Telefónica en el ADSL se ha desplomado y solo se defiende cuando mantiene agresivas políticas de descuento.

Pero últimamente ni con esa estrategia logra mantener un ritmo de captación de clientes que le permita conservar un saldo positivo. Por eso, en febrero pasado, perdió clientes de banda ancha (23.000) por primera vez en la historia. En un nuevo mercado cuyo motor fundamental es el precio, los 28.000 trabajadores que Telefónica tiene en el negocio fijo suponen un enorme coste diferencial que impide a la operadora ofrecer los niveles de precio que necesitaría para competir con sus rivales más pequeños como Jazztel, Vodafone u Orange y, al mismo tiempo, mantener la rentabilidad.

Una comparación puede ilustrar este desfase. Telefónica facturó en España 18.700 millones de euros en 2010, es decir, tres veces más que los 6.500 millones de Vodafone en su último año fiscal. Sin embargo, la plantilla de Telefónica es más de siete veces superior a los 4.200 trabajadores de su competidor, aunque hay que tener en cuenta que el negocio fijo requiere muchos más empleados. Pero eso supone que si Vodafone alcanzase el tamaño de Telefónica, podría hacerlo con una plantilla de unos 13.000 empleados, casi 20.000 menos que el ex monopolio.

Además, en este asunto no sólo se trata de la voluntad de la cúpula directiva de acometer un proceso necesariamente doloroso y que provocará muchas resistencias, sino de la posibilidad real de hacerlo. En la España actual, abordar un proceso de este tipo sin un consenso sindical total es hacer oposiciones al fracaso, y en el caso de Telefónica, alguno de los sindicatos mayoritarios no ha estado, hasta ahora, por la labor.

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