Entrevista con Wolfgang Hetzer, director de inteligencia de la agencia anticorrupción europea
"La destrucción ilícita de capital ajeno debería ser delito"
En 1999 la Unión Europea creó la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), el organismo independiente con sede en Bruselas encargado de la lucha contra la corrupción y otras actividades adversas a los intereses financieros de la Comunidad. El alemán Wolfgang Hetzer, desde 2002 director del departamento de Inteligencia y Análisis de esa organización, acaba de publicar un interesante libro que lleva por título Finanzmafia en el que se pregunta, "cómo es posible que delincuentes y banqueros resulten impunes".
El libro es un genuino producto de la "Alemania enfadada". En el país hay un considerable número de profesionales, incluidos algunos con cargos de responsabilidad institucional, que, con independencia de su tendencia política e idiosincrasia, no se conforman con los espectáculos y abusos que la crisis financiera ha puesto en evidencia. El resultado es que el debate sobre las responsabilidades penales de la banca y sobre las consecuencias que los legisladores deberían extraer de la crisis, es mucho menos tabú que en otros países. Hay un debate jurídico –incluso una sentencia del Tribunal Supremo relacionada-, y en los medios de comunicación se habla algo de ello. Ese es el contexto del libro de Hetzer.
El autor considera que "la crisis financiera no es un simple fallo del sistema", sino que "ha sido causada por un comportamiento masivo y objetivamente delictivo de personas responsables del sector bancario, apoyadas por entidades estatales muy negligentes". En la mayoría de los países, "los políticos no se han dado cuenta en absoluto de lo que ha pasado", dice. Los medios de comunicación, "también han dado la impresión de que ocurrió algo imprevisible e incontrolable", señala, pero esa visión, "no sólo es engañosa y equivocada, sino que posiblemente es resultado de una hábil política informativa por parte de quienes tienen el poder", explica.
Wolfgang Hetzer responde a las preguntas de La Vanguardia, no como funcionario de OLAF, sino en calidad de autor del mencionado libro que acaba de publicar.
RELACIÓN ENTRE INDUSTRIA FINANCIERA Y DELINCUENCIA ORGANIZADA
¿Cual es el vínculo entre industria financiera y delincuencia organizada? ¿Donde está esa "intersección funcional" que menciona usted en su libro?
Es un tema complejo. La delincuencia organizada se define según factores culturales, nacionales, económicos o históricos muy variados. Hay factores comunes, como la dedicación total al lucro, la creación de una red efectiva de contactos, cómplices y personas influyentes, en la economía y en la política, así como la falta de transparencia, o mejor dicho, la opacidad. También los acuerdos casi conspirativos, como en el "insider trading", el uso de información privilegiada en el mercado de valores, tal como puede verse en los juicios que están teniendo lugar ahora en Nueva York. En esos juicios se han usado métodos como los utilizados en la lucha contra la delincuencia organizada clásica, lo que también es un fuerte indicio de que hay elementos comunes. Los intentos exitosos de influir en la política y los medios de comunicación son fenómeno común a la delincuencia organizada y a una parte de la industria financiera. Evidentemente, no todo banco es una organización criminal, pero si que hay bancos, y en Alemania también (el caso del HSH Nordbank), que han utilizado medios técnicos y falsas sospechas para implicar y aislar a sus adversarios. Todo esto ya es mucho, pero no es todo, y muestra que esas intersecciones funcionales y estructurales existen, y que la aproximación entre sectores de la industria financiera y la criminalidad organizada es considerable.
¿Hay en Europa diferencias entre países del norte y del sur?
Yo diría que no. Hay diferencias culturales y según la situación económica diferentes posibilidades de actuar. Seguramente también hay factores singulares en el comportamiento, pero los principios son los mismos: la firmeza, la brutalidad y el desprecio por el bien común: esto se ve tanto en el norte como en el sur.
¿Por qué no es delito la destrucción de capital ajeno?
De este problema habló, con buen sentido, el Presidente Federal, Christian Wulff, cuando era presidente del gobierno de Baja Sajonia. Dijo que la destrucción ilícita de capital debería ser reconocida como delito. No existe como ley, pero tenemos otras figuras delictivas, como la prevaricación, el fraude o la dilación de insolvencia, y hay un gran número de reglas, por ejemplo en la ley de comercio con valores... La ley prevé muchos casos, pero no su persecución penal. Esto tiene muchas razones. Ahora se han puesto en marcha algunos juicios interesantes, por ejemplo el reabierto contra el Sr. Landowsky (Klaus-Rüdiger Landowski, político de la CDU de Berlín acusado de prevaricación en relación con la emisión de fondos inmobiliarios), tras la apelación al Tribunal Constitucional. La cuestión en ese juicio será si se puede considerar prevaricación actuar con dinero de los inversores de una forma que pone en gran peligro ese dinero. La especulación puede llevar a un nivel de riesgo que puede ser una amenaza existencial. Con la interconexión internacional de los sistemas financieros, la especulación puede llegar a un nivel que ponga en peligro la estabilidad de regiones enteras y de sus monedas, tal como ha sucedido.
¿Podría este caso sentar un precedente jurídico?
Si. Gracias a esa apelación al Tribunal Constitucional ya tenemos un debate jurídico abierto: ¿es conforme a la Constitución la determinación de la prevaricación como hecho delictivo? Muchos consideraron demasiado imprecisa la definición de ese hecho delictivo, pero el Constitucional la confirmó. También confirmó que puede tratarse de delito incluso cuando no hubo pérdida de dinero, sino sólo una exposición tan peligrosa del capital que podía considerarse perjuicio. El tercer punto – y esa es la razón por la que el Constitucional canceló la decisión del tribual anterior – es que el perjuicio tiene que ser claramente definido, lo que no se había hecho. El juicio se reabre para determinar con ayuda de expertos el nivel exacto de perjuicio. Si eso se logra, puede llegar a ser un buen precedente. Pero hay que decir que esta manera de hacer negocios no ha sido el detonante de la crisis financiera. Ahí hay muchos otros factores que son de difícil acceso para el derecho penal...
¿Se trabaja jurídicamente de manera similar en otros países?
En Estados Unidos se está empezando a actuar penalmente contra la especulación, sobre todo contra el uso indebido con información privilegiada en el mercado de valores ( "insider trading"), pero hay que distinguir entre casos como el de Madoff, un esquema de fraude convencional, y las pirámides, o, como decimos en Alemania los "sistemas bola de nieve". No fue eso lo que desencadenó la crisis financiera, sino, en gran parte, las decisiones políticas de alto riesgo que desembocaron en daños macroeconómicos. Últimamente Estados Unidos está poniendo en el punto de mira con mayor energía que en otros países estas conductas del sistema financiero, cuando hay sospecha de actividad criminal.
RUPTURA DEL CONTRATO SOCIAL EUROPEO
¿Qué consecuencias para la justicia y la democracia puede tener el hecho de que nadie haya sido castigado por desencadenar la crisis financiera?
Graves, porque la gente se da cuenta de que pequeñas camarillas pueden enriquecerse a costa de la sociedad. Porque se crea desigualdad social. En segundo lugar, se crea un problema enorme por la deuda. Los bancos implicados han sido salvados por el dinero del contribuyente, ya veremos por cuanto tiempo, y, evidentemente, esto tiene consecuencias en la sociedad, porque se destruye la relación entre trabajo, rendimiento y éxito. Basta con ser decidido y criminal para poderse dar la gran vida, mientras otros pagan la cuenta o no encuentran trabajo, como los jóvenes en Grecia. Se dejan de cumplir los contratos sociales; se mantiene a un nivel mínimo a los receptores de ayuda social, mientras otros tienen mucho dinero... Todo esto revela la ausencia de equidad y daña el consenso social. Evidentemente, comporta riesgos para la democracia.
¿Cómo ve en general la reacción de la clase política frente a esta crisis?
Totalmente inadecuada. Se ha eludido toda responsabilidad personal y se ha invocado el destino como explicación. Se reconocen errores, pero se presentan como fallos objetivos y no como fracasos personales. Es lo que en Alemania se llama cargarle el muerto a otro (el principio "Schwarzer Peter"). Se buscan salidas aparentemente racionales como la necesidad de salvar a los bancos porque sino, según la teoría del dominó, pueden hacer caer a un sistema económico entero o aparecer riesgos mayores. No veo ni políticos, ni gestores que se hayan presentado como responsables, o a los que se haya pedido responsabilidades. Es un fallo grave.
¿Se puede cambiar esto institucionalmente? ¿Puede la Oficina Europea contra el Fraude (OLAF) hacer algo? ¿Qué agencias serían competentes?
No puedo hablar sobre OLAF. Hay un reto para el Parlamento Europeo, donde comienzan a arrancar los debates, y para los gobiernos europeos. Tiene que cambiar la visión básica sobre métodos y metas del actuar económico. Habría que legislar a diferentes niveles, sobre todo el abanico de la vida económica; cuestiones de derecho de sociedades, de responsabilidad, de insolvencia, sistemas de detección precoz, sobre la política común en una unión monetaria. Además, están las grandes diferencias de intereses entre países, digamos, como Grecia e Inglaterra... Todas estas cosas sólo se pueden afrontar con un enorme consenso político. Es una de las tareas más difíciles de la modernidad política, pero si no se intenta aparecerán fuerzas que transformarán la Unión Europea. En Alemania o en Austria ya crece de manera dramática el escepticismo frente a la Europa institucional...
EL 'CAPITALISMO RENANO' "YA NO EXISTE"
¿El poder de los lobbys financieros es un grave problema en Bruselas?
La industria financiera forma uno de los grupos mejor organizados y disciplinados, puede que sea la fuerza principal. Es así en todo el mundo, no es sólo un problema europeo. En Estados Unidos se puede ver de manera muy preocupante.
Como autor de un libro sobre la "Mafia financiera", ¿se siente en libertad en su puesto de trabajo en Bruselas?
Es una pregunta difícil. Digamos que desearía más comprensión sobre la legitimidad de mis preocupaciones. Es una respuesta muy diplomática, ya lo sé, pero si ha sabido leer entre líneas la introducción de mi libro, sabrá por experiencia lo que quiero decir...
Aquí su frase más significativa es ese "entre líneas". Tomo nota. ¿Se puede hablar todavía de un "modelo Alemán"? ¿De un "capitalismo renano"?
Si por capitalismo renano se designa un capitalismo social que busca consenso, ya no existe. Con la apertura de Alemania a la industria financiera mediante la ley de modernización de 2004 del gobierno roji-verde (la coalición del SPD con el Partido Verde), se contribuyó a la demolición de ese capitalismo social. Se dio por bueno todo lo que ocurría en Irlanda, Londres, en Wall Street o en Luxemburgo, y se declaró que eso era lo moderno, que la industria financiera creaba puestos de trabajo y contribuía al PIB, y que teníamos, por tanto, que abrir el mercado alemán a los "hedge funds", etc. Ahora quizás se ve que no todo lo que se tomó como modelo era bueno
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