Al tomar el camino del emprendedor, la mayoría nos obsesionamos con elegir la idea correcta, lo cual es un error.
Hay ideas que importan. Cuando uno ha hecho un descubrimiento científico, como crear una aleación de acero y plástico, la idea importa.
Pero sorprendentemente, lo que ocurre realmente en la mayoría de empresas de nueva creación es que los fundadores empiezan con una idea, llegan al borde de la quiebra y entonces modifican parte de la idea (lo que elocuentemente hoy día se ha dado en llamar “pivotar”) y vuelven al borde de la quiebra otra vez, vuelven a hacer una modificación y finalmente dan con algo que funciona.
Por eso la calidad personal más importante para llegar a ser un emprendedor de éxito es ser creativo y estar dispuesto a cambiar de dirección rápidamente.
Por ejemplo, cuando los investigadores en una planta del hospital de Swansea, Inglaterra, llevaban a cabo experimentos con citrato de sildenafil para tratar un tipo de dolor de tórax, descubrieron que no ayudaba mucho. Pero una enfermera espabilada (y probablemente colorada) dijo que muchos pacientes tenían “una tienda de campaña". Bajo su nombre comercial más reconocido, el compuesto se convirtió en un éxito multimillonario: Viagra.
Mi propio negocio empezó como una especie de fábrica para producir con celeridad empresas basadas en ideas que me gustaban. Pero no éramos lo bastante listos como para convertir esas ideas en empresas exitosas. En tanto, habíamos construido unas instalaciones de oficinas amplias y preciosas. Empezamos a alquilar las oficinas a otras empresas de nueva creación. Muy pronto nos dimos cuenta de que alquilar oficinas a empresas de nueva creación era un buen negocio. A las empresas de nueva creación les encanta estar rodeadas de sus semejantes. Hoy gestionamos el “hotel de empresas de nueva creación” más grande del mundo.
La mayoría de las empresas acaba haciendo algo diferente de lo que se propuso inicialmente. Mi consejo: elegir una buena “idea inicial” (una idea buena, atractiva, que os de a ti y a tus colaboradores algo con lo que empezar) y después experimentar como locos. Probad algo. Si no funciona, cambiadlo y probad de nuevo. Perfeccionad la idea poco a poco hasta que encontréis un concepto muy demandado en el mercado y que sea rentable. Así se han construido muchos grandes negocios.
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