viernes, 29 de abril de 2011

La Hora del Epitacio: Alejo Vidal Cuadras

*La sociedad española tardará bastantes años en reparar los destrozos de
este personaje *

* *

*Aleix Vidal-Quadras*

La crónica de una muerte anunciada ha llegado a su fin. José Luis Rodríguez
Zapatero, el quinto presidente del Gobierno desde la Transición, ha mordido
el polvo y abrumado por su fracaso, ha anunciado que renuncia a presentar
por tercera vez su candidatura. Aunque a la luz de su trayectoria previa ya
podía adivinarse, sus ahora perfectamente conocidas capacidades personales
han dejado palpable que el exigente oficio al que fue promovido por la
voluntad mayoritaria de su partido primero y de los españoles después
rebasaba con mucho sus posibilidades de desempeñarlo con acierto.

Equipado con un *expediente académico mediocre*, sin obra escrita conocida,
*carente de cualquier experiencia* profesional o empresarial de cierto
calado, *deformado* por la escuela de la *conspiración de pasillos* en la
estructura burocrática de una organización política de provincias,
prácticamente *inédito como parlamentario*, sin otro *idioma* que el propio
y este manejado con lenta, pobre y torpe premiosidad, *vacío de bagaje
intelectual* más allá de los cuatro lugares comunes del progresismo barato,
*impregnado del rencor hacia todo lo que represente excelencia *típico de
los mediocres, *limitado por la mentalidad aldeana* del que nunca ha
realizado actividad alguna en el extranjero, *desprovisto de escrúpulos
morales*, *incapaz* de *evaluar las consecuencias de sus disparates* e *
ignorante* incluso de los rudimentos de economía que posee un ejecutivo
medio de una pequeña compañía, el inefable ZP se encontró un buen día
catapultado a la máxima responsabilidad ejecutiva de una de las mayores
naciones de Europa.

Este experimento absurdo estaba condenado al desastre y así ha sucedido para
desgracia de la sociedad española, que tardará bastantes años en reparar los
destrozos que este personaje entre ridículo y patético ha provocado en su
riqueza material y en su consistencia ética. Cuando le confesó a su mujer
que había descubierto que era enorme el número de españoles que podían hacer
su trabajo, puso de relieve, aparte de su levedad mental, su irreversible
condición de irresponsable contumaz. De la misma forma que la sabiduría
consiste en la ampliación progresiva del ámbito de nuestra ignorancia, la
apreciación de que la función de cabeza del Consejo de Ministros está al
alcance de cualquiera sólo puede surgir de una de chorlito.

Un primer augurio sombrío de su entronización lo proporcionaron las trágicas
y oscuras circunstancias en las que tuvo lugar su inesperada victoria de
2004. Nadie, ni por supuesto él mismo pese a ocasionales baladronadas
inmaduras, pronosticaba un resultado favorable para el PSOE hace siete años.
Los dos mandatos de *Aznar *habían *saneado las arcas* públicas, *dinamizado
el sistema* productivo, *reducido la tasa de paro* hasta casi situarla en la
media comunitaria, posibilitado la *acogida *sin tensiones de *cuatro
millones de inmigrantes*, modernizado las infraestructuras y fortalecido el
prestigio de España en el mundo. Todavía era pronto para percibir los
peligros latentes en un modelo de crecimiento exuberante pero frágil y los
excesos del sector financiero global que incubaban una crisis pavorosa.

Nuestro país disfrutaba entonces satisfecho de una etapa de *prosperidad sin
precedentes* cuya prolongación se creía asegurada. Fue la *reacción
emocional ante una atrocidad sangrienta malignamente explotada por la
izquierda y mal gestionada por el PP *en términos de comunicación *la que de
repente colocó en La Moncloa a un perfecto inútil*. A partir de este suceso
aciago, y tras un arranque en el que se vivió de las rentas acumuladas
durante el periodo anterior, los estragos del diseño zapateril pronto fueron
visibles. *Su estrategia* ha consistido en *impulsar todo lo que pudiera
dividir, empobrecer, embrutecer, desprestigiar y debilitar a España a la vez
que impedir o sabotear las iniciativas o las medidas tendentes a unirla,
cohesionarla o abrirle oportunidades. La combinación letal de feminismo
radical, ecologismo barato, connivencia con el terrorismo, pacifismo
pusilánime, demonización del otro gran partido nacional, despilfarro
galopante, deterioro de la educación, fragmentación de la nación y
castración del Estado, ha sumido a nuestro país en la postración, la ruina,
la confusión y el desánimo. El regreso al anonimato del que nunca debió
salir del peor gobernante que hemos padecido en los últimos dos siglos
únicamente puede producir alivio. En esta hora feliz de escribir su
epitafio político, uno muy indicado sería: **“Nunca soñó subir tan alto,
nunca España imaginó caer tan bajo”.*

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