Michel Camdessus, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), explica a Business TV no cree que el próximo máximo responsable de esta institución deba ser por fuerza europeo. Sobre Grecia, estima que ha mentido a su pueblo y a Europa.
-¿Quién debe ser el próximo director gerente del FMI?
-Tiene que ser el mejor y elegido en competición mundial. Lo que no significa que no sea europeo, pero la competición tiene que ser abierta.
-¿Un europeo no entendería mejor lo que está pasando, por ejemplo, con el problema de la deuda soberana?
-No, porque no es el único problema que sufre el mundo hoy. El problema del mundo es mucho más amplio. Tiene esta manifestación de la crisis de la deuda en Europa, pero la miseria de mil millones de personas en África me parece al menos un problema igual de serio. Y la total indisciplina del sistema a nivel global me parece otro problema que puede ser afrontado por un asiático, por un latinoamericano o un europeo.
-¿Estamos tratando bien el problema de Grecia?
-Grecia se ha puesto en una situación casi imposible por empezar a mentirse a sí misma y mentir a Europa, no lo olvidemos. La solidaridad europea y mundial se está ejerciendo. Cuando un problema viene de muy lejos, cuesta mucho resolverlo en muy poco tiempo. Esto requiere por parte de los Gobiernos y de los pueblos un coraje y una capacidad de perseverancia grande. Y no hay otra solución que la que se está tratando de implementar.
-No sabemos cuál será la fase siguiente, pero ¿sería partidario de poner un límite a la deuda financiera a Grecia si no consigue cubrir sus compromisos?
-En este momento, no haría nada más que lo que se está haciendo. Que se cumpla ese programa, que se fortalezca el país, que se abra a sí mismo algunas perspectivas algo más positivas y entonces, en todo momento, los griegos pueden discutir con sus banqueros, con los inversores. Pueden lograr un acuerdo que sea interesante para unos y para otros, pero en estos momentos salir de lo que se ha decidido sería un error. Sería ir a un vacío político, económico y social del que seguramente sería mucho más difícil salir que continuar implementando el programa que tenemos.
-En el escenario incierto de Europa, ¿cree que España ha superado el riesgo de contagio?
-Estamos en una economía global. Cuando hay un choque en cualquier parte del mundo, todos los países están interesados en que se responda al problema. España está amenazada porque tardó en enfrentarse a sus propios problemas. Pero el Gobierno ha tomado medidas importantes y hasta ahora parecen a los inversores suficientes con tal de que se persevere en ellas y que se vayan complementando en detalles que quedan por resolver.
-Hay retos que parecen demasiado grandes o que el G-20 no está sabiendo responder a ellos. No sé si el mundo espera algo más importante, como una nueva conferencia internacional o reformar el sistema monetario.
-Sería tan fácil reunir una conferencia por el mero hecho de que esto resolviera los problemas. El nuevo Bretton Woods y después todo iría bien. Lo importante es que aprovechemos esta crisis para resolver los problemas de los que nos estábamos olvidando. El G-20 ha hecho mucho. Ha sabido afrontar la crisis macroeconómica de 2008 con imaginación y sin caer en los mismos errores que en el año 1929 0 1930.
-¿Está China empujando en esa dirección?
-China ha entendido que los problemas ahora son de dimensión mundial. Que ningún país puede imponer sus soluciones al resto del mundo. En particular, que el dominio mundial exclusivo del dólar es ya historia del pasado. Durará esta historia un tiempo más, pero habrá un mundo multimonedas, en el cual el dólar conservará un papel muy importante, pero donde tendrá que tomarse en cuenta las necesidades del euro, el yuan y la rupia.
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