Articulista, escritor, socio y fundador de sellos editoriales, Mario Conde se mueve como pez en el agua entre los mass media. Y si no que se lo digan al fallecido Jesús Polanco, con el que mantuvo una fluida y complicada relación. “La biografía de Polanco sería elocuente, muy elocuente, de cómo se puede construir un imperio mediático poniendo la verdad escrita al servicio del poder establecido”, manifiesta el ex banquero del fundador de El País.
Las opiniones de Mario Conde datan septiembre de 2008, pero aparecen ahora recogidas en un libro que recopila la correspondencia entre el empresario y Luis Valls-Taberner, sobrino del banquero homónimo que fue presidente del Banco Popular entre 1972 y 2004.
Querido Mario, querido Luis, sale mañana a la venta. El libro, editado por Plaza & Janés, ha sido idea de Luis Vals-Taberner, que inició con solo 21 años una profusa relación epistolar con Mario Conde, que en esos momentos se encontraba en prisión. El motivo de la misma era pedirle consejo en su intento de convertirse en un exitoso empresario. Orgulloso de su apellido, intenta, sin embargo, forjarse una identidad propia.
En busca de referentes, Valls-Taberner le pide a Conde que le cite varios modelos de empresarios en los que fijarse. “Steve Jobs es un hombre que parece interesante […]. Rafael del Pino creó un imperio, esto es objetivo”, responde el ex banquero, aludiendo a los fundadores de Apple y del grupo Ferrovial, respectivamente. Como decía Nietzsche, recogen la mayor cualidad que debe tener un empresario: “Su independencia del poder”.
Algo de lo que carecía Jesús Polanco, según Conde. “La claudicación, la subordinación al poder es la negación de su propia esencia”, escribe el ex banquero, quien establece como ejemplo al empresario “que gana dinero, se encaja en un contexto social, respeta a los individuos que la forman y sobre todo ayuda a que la vida en conjunto sea un poco más llevadera”. Conde considera en sus escritos que esa era la esencia de Banesto, el banco que llegó a presidir a los 39 años y que fue intervenido cinco años después por un agujero patrimonial de 450.000 millones de pesetas, que le costó la condena del Tribunal Supremo a 20 años de prisión.
Paradigma de banquero
Fruto de la amistad y del tono íntimo de los mensajes que uno y otro se dirigen, Conde le envía un artículo a Valls-Taberner, antes de publicarlo en su blog, sobre la gestión de su tío en el Banco Popular. En él desvela su intención personal de fusionar Banesto con el Popular, en lo que consideraba “una operación perfecta”. La fusión se frustró, según un hombre de la máxima confianza de Conde, porque el Popular “tendría que explicar unas cuentas que no deben ser explicadas: la financiación del Opus Dei”.
“Probablemente mi tío no accedió a la fusión por varios motivos. Supongo que le imponía distancia que tú fueras masón y el del Opus”, responde el pequeño de los Valls-Taberner. Así se torpedeó la operación entre “la prudencia del Popular y la osadía del Banesto de Mario Conde; el rancio conservadurismo con el fenómeno social”, considera el joven empresario. Banesto tampoco pudo fusionarse con el Banco Central, aunque sí consiguió frenar una OPA hostil del Banco Bilbao, años antes de ser intervenido por el Banco de España.
El libro compila las cartas que el ex banquero recibió y envió a su colega desde 2004 hasta 2009, ya fuera de la cárcel de Alcalá-Meco. Valls-Taberner busca un tutor y Conde le responde: “Si quieres ser empresario, adelante”.
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