El ejercicio de transparencia requerido por el Banco de España ha desvelado la exposición al sector inmobiliario de las entidades (aunque con bastantes dudas), pero ha dejado fuera otro 'agujero negro': las empresas participadas, en especial las que no cotizan en bolsa, donde las entidades acumulan pérdidas multimillonarias que no están reconocidas en los resultados.
El banco de inversión One to One ha identificado unas 1.500 empresas de este tipo en las cajas de ahorros, la mayoría relacionadas con la promoción y construcción pero también de otros muchos sectores. Y el grueso de las mismas está valorada al precio al que fueron adquiridas por la entidad en su día o al que fueron creadas, y no se ha reconocido su evidente pérdida de valor con la crisis.
Porque, a diferencia de los créditos inmobiliarios o de los activos adjudicados, el supervisor no ha obligado a bancos y cajas a valorar estas participaciones a precios realistas ni a provisionar la diferencia con el precio inicial, ni siquiera parcialmente.
"Ahí está el grueso de la pérdida oculta del sector financiero, sobre todo de las cajas. Porque el foco se ha puesto en la exposición al ladrillo, pero nadie es consciente de lo que tienen las entidades en estas empresas", señalan desde una importante consultora.
El ejemplo de Metrovacesa
En el caso de las empresas cotizadas, el Banco de España sí ha obligado a asumir parte de las pérdidas, pero las valoraciones exigidas están a años luz de lo que sería un 'mark to market'. El ejemplo paradigmático es el de Metrovacesa: el gobernador Fernández Ordóñez ha obligado a las entidades a ir rebajando año tras año la valoración de sus acciones en la inmobiliaria, y a provisionar la diferencia. Pero en 2010 las forzó a valorarla a 22 euros por acción, cuando el valor acabó el ejercicio a 5,78 y ahora se encuentra a 6,24.
Un inversor interesado en comprar una participada de una caja mediana relata una experiencia anecdóitica pero muy ilustrativa: "Tenía interés en una empresa que facturaba un millón de euros y tenía una deuda de seis. Y la caja me dijo que costaba 13 millones. Yo les contesté que eso era un múltiplo disparatado, pero ellos decían que era como la tenían valorada y que no podían venderla por debajo porque tendrían que apuntarse la pérdida".
Hará falta más capital público
No hay cifras en ninguna parte sobre la magnitud de estas pérdidas potenciales, tan sólo el inventario realizado por One to One. Pero las fuentes consultadas aseguran que estamos hablando de miles de millones, que habría que añadir a los 'activos problemáticos' (crédito moroso, subestándar y activos inmobiliarios).
"Tendrá que ser el FROB el que saque todo esto a la luz y lo reconozca en las cuentas de las cajas. Y, con toda seguridad, eso va a obligar a incrementar las inyecciones de dinero público para absorber estas pérdidas", opina la citada consultora.
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