Ni las cosas están tan mal ni es imposible salir de la crisis. Éste es el principal mensaje que puede extraerse del «Salamanca Social Science Festival». Un encuentro clausurado en las últimas horas en la capital salmantina y en el que han participado más de diez mil personas.
Tener una buena política fiscal o que los políticos hagan todo lo posible por ser transparentes, como recomendó el Nobel Finn Erling Kydland; que ésta no será la última crisis que afectará al capitalismo, como auguró la candidata al Nobel, Deirdre Mc Clooskey; y, sobre todo, finalizar la reforma del sistema financiero en el caso de nuestro país, son también algunas de las conclusiones finales de este encuentro que ha depertado una enorme expectación dentro y fuera de España. No en vano, han sido tres mil los acreditados y más de diez mil, las personas que han participado en las numerosas mesas redondas, debates y conferencias. E incluso ha habido que ampliar aulas para dar cabida a la masiva demanda de público interesado en saber. Unas cifras que han superado las expectativas previstas y gracias a las cuales han visto cumplidos los objetivos con los que nació la idea, como es el que los ciudadanos conozcan cuanto puede aportar a sus vidas estas materias. Del mismo modo opinó el director académico del S3F, Michele Blodrin, satisfecho por la repercusión de este certamen que, gracias al mismo, «se ha logrado reducir un poco el mundo de los charlatanes ampliar el de los académicos y expertos que saben sobre la materia». Además, resaltó que también los ciudadanos han podido descubrir estos días que los economistas son «honestos», y que reconocen que hay cosas que no saben, «aunque hacen todo lo posible para entenderlas». En lo que se refiere a la situación de nuestro país, la mayoría coincidió en que estamos en un momento malo, los españoles se recuperarán y la economía crecerá. «La tranquilidad, dijo el director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Pablo Vázquez, siempre es buena, mientras que el miedo no lo es».
También hubo espacio para un sano enfrentamiento entre periodistas y economistas, eternamente enfrentados y donde se puso de manifiesto las diferencias que existen entre ellos. Los primeros acusaron a los segundos de no saber divulgar bien sus investigaciones, mientras los economistas se defendieron acusando a la prensa de no explicar bien las cosas por las presiones a las que se ven sometidos.
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