viernes, 14 de octubre de 2011

Duran i LLeida: El Subvencionado

Josep Antón Durán i Lleida comparte con Josep Montilla la maravilla de haberse transubstanciado en nacionalista catalán pese a que el destino les llamaba en principio por otro camino menos glorioso.
Aragonés el primero, andaluz el segundo, nacidos pues José Antonio y José, tuvieron ambos la visión iluminada y la férrea voluntad de vencer a la geografía, la cultura, la historia y sus respectivos progenitores para promocionarse como miembros de una nacioncilla imaginaria y por consiguiente carente de Estado.
Esta heroica decisión no sólo les ha permitido, como es notorio, mejorar como personas y como políticos -véase el éxito arrollador de la gestión de CiU y del tripartito en sus sucesivas etapas de gobierno-, sino vivir muy confortablemente a costa del contribuyente. Pero en estas existencias paralelas ha surgido un nubarrón, un conflicto insalvable, una fricción durísima, en el momento en el que Josep Antón se ha lanzado a acusar a los jornaleros beneficiarios del PER, antiguos paisanos de Josep, de pasarse el día en el bar gracias al expolio fiscal que sufren los laboriosos catalanes.
Mira quién fue a hablar. Si ha habido en España un partido que se ha dedicado a subvencionar frenéticamente todo lo que se le ha puesto a tiro es la federación de la que Josep Antón es Secretario General. Centenares de organismos públicos inútiles, innumerables entidades entregadas a obligar a la gente a hablar en una lengua definida como propia, pseudo embajaditas en los más diversos puntos del planeta, toneladas de libros en la susodicha parla canónica que nadie lee ni leerá, doblaje de películas para ser exhibidas en salas vacías, miles de policías cuatribarrados, televisiones que se tragan los millones como pozos sin fondo, fastos y festejos patrióticos de desbordante lujo, multiplicación de administraciones para simular poder, corruptelas a manta legitimadas por el servicio a la soñada independencia, despilfarro orgiástico sin freno ni medida.
Al menos el PER, plagado sin duda de inconvenientes y de fraudes, se emplea en dar de comer a una considerable cantidad de familias, mientras que la máquina repartidora nacionalista quema recursos estérilmente adorando una abstracción asfixiante. Josep Antón, Josep Antón, deja la paja en el ojo andaluz y preocúpate de quitarte la viga que te nubla la mirada y el entendimiento.

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