lunes, 10 de octubre de 2011

Irlanda ejemplar recuperación: Afrontar la crisis

Irlanda muestra un camino a los países más endeudados de Europa
El severo plan de austeridad ha puesto la economía en vías de recuperación

Economía | 09/10/2011 - 00:24h
RAFAEL RAMOS | DUBLÍN

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En plena crisis europea, con Grecia al borde de la bancarrota, dudas sobre la capacidad española, belga e italiana de pagar sus deudas soberanas y negociaciones de urgencia para recapitalizar el sector bancario, Irlanda es el empollón de la clase que ha hecho los deberes de la austeridad antes y mejor que nadie. Tanto es así que los severos maestros del Fondo Monetario Internacional le han dado una matrícula de honor y han puesto el país como ejemplo para los remolones.

Irlanda fue el primer país en entrar en recesión, y también es el que se ha recuperado antes. Su producto interior bruto (PIB) creció un 1,6% en el último trimestre, una figura que no parece gran cosa pero es saludable si se tiene en cuenta que el de la vecina Gran Bretaña sólo lo hizo en un raquítico 0,1%. Mientras la demanda nacional baja en todas partes, en el país celta se incrementó un 0,8%, y también aumentaron las exportaciones. Es la primera vez desde el inicio de la crisis que esos tres barómetros suben simultáneamente.

La respuesta de los todopoderosos mercados –maestros de ceremonias en la posdemocracia– ha sido positiva, de manera que la prima de los bonos soberanos irlandeses es ahora menor que en noviembre del 2010, cuando el país tuvo que solicitar un rescate de las instituciones internacionales por valor de 85.000 millones de euros para cubrir el agujero dejado por la insolvencia del grueso de su sector bancario, ahorcado en la burbuja inmobiliaria con préstamos irresponsables tanto a constructores como a compradores. El mes pasado rindieron el 7,7%, la mitad que el 14,5% de julio.

"El mensaje que quieren enviar el FMI, los mercados y el establishment económico liberal que mueve los hilos del mundo es que la austeridad funciona, a fin de que todos los gobiernos sigan el ejemplo, y los ciudadanos acepten la aniquilación del Estado de bienestar, el hundimiento de los fondos de pensiones, la evaporación de sus ahorros, la desaparición de empleos y el empobrecimiento generalizado como la medicina amarga que permite la supervivencia, mientras las clases medias se estrechan y las diferencias entre los de arriba y los de abajo aumentan", señala el sociólogo Paddy Bowe.

A Irlanda, que siempre ha hecho las cosas a su manera y cuenta con la enorme ventaja de ser un país pequeño de tan sólo cuatro millones y medio de habitantes, ya le van bien los parabienes, después de un rescate que fue considerado una "humillación nacional" y acabó con la era del Fianna Fáil como tradicional partido del poder. Por el momento Enda Kenny, del partido de centroderecha Fine Gael, es un taoiseach (primer ministro) popular a quien los ciudadanos conceden el crédito de estar poniendo en orden una casa que sus predecesores dejaron patas arriba. La revolución desatada por la crisis es tan grande que el Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, se ha convertido en el segundo partido en intención de voto, con el apoyo de un 18% de la gente, y su líder Martin McGuinness es un firme candidato a la presidencia de la República en las elecciones de finales de mes.

El Gobierno de Dublín ha resistido con éxito todas las presiones para bajar su impuesto de sociedades del 12,5%, que el resto de socios europeos consideran una competencia desleal, y cuya subida intentaron forzar la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, como precio por el rescate. Pero Dublín prefirió asumir unos términos más punitivos para la devolución de los créditos antes que incrementar esa tasa, y la apuesta le ha dado resultado: las inversiones extranjeras ascendieron el año pasado a 26.500 millones de dólares, y empresas como Google y Twitter han trasladado parte de sus operaciones al silicon valley irlandés.

El veredicto del establishment económico es que poco a poco, y al precio de unos durísimos recortes que han elevado el índice de desempleo al 14,3%, el país ha recuperado la competitividad, los bancos están (al menos por el momento) suficientemente capitalizados y la proyección de la deuda pública para el 2013 se ha reducido de un 125% a un 118% del producto nacional bruto, y se espera que baje aún más. El principal peligro para Irlanda, según el último informe del FMI, es que "se vea arrastrada por una segunda recesión, que reduciría inevitablemente sus exportaciones, pero eso es algo que escapa al control del Gobierno".

Comercio sin remilgos
Las cosas, piensa el Gobierno irlandés, no están como para andarse con remilgos a la hora de buscar socios y establecer relaciones económicas. La isla esmeralda siempre se ha sabido vender bien, incluso en los peores momentos, y ahora no es una excepción. El valor del comercio bilateral con China asciende a 4.200 millones de euros anuales, con especial énfasis en la energía, la agricultura, la aeronáutica, el turismo y los servicios financieros, constituyendo uno de los pilares de la incipiente recuperación. Arabia Saudí no es uno de los países más populares del mundo, pero el taoiseach Enda Kenny lo está cultivando abiertamente como potencial comprador de sus productos (se supone que a excepción del whisky y la cerveza Guinness). Las exportaciones al reino musulmán ascendieron el año pasado a 500 millones con euros, con un rápido crecimiento en los campos de la educación, la informática, las comunicaciones... A cambio, mil saudíes estudian en universidades irlandesas, y Dublín asesora a Riad sobre el funcionamiento de los mercados europeos. Mientras como consecuencia de la crisis las exportaciones han descendido a nivel global un promedio del 12%, las irlandesas han subido un 3%, al tiempo que las importaciones han bajado un 23% debido al hundimiento de la demanda interior debido a los recortes. "La situación en Irlanda es sorprendentemente buena, dada la gravedad de la situación", dice el director europeo del FMI, Antonio Borges.

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