CATALUÑA NIEGA DINERO A LOS ANCIANOS Y LO DESPILFARRA EN LAS EMBAJADAS
Luis María ANSON
Arturo Mas se colmaría de autoridad si, en lugar de sustraer la paga extraordinaria a médicos y enfermeras o suspender las retribuciones en favor de ancianos y discapacitados, metiera la tijera a los despilfarros de Carod Rovira que se inventó 6 embajadas y 35 delegaciones fuera de España para colocar en ellas a sus parientes y amiguetes. La mayoría no sirven para nada salvo para el derroche de unos fondos que el Gobierno de la Generalidad precisa en atender necesidades reales.
Si además de poner coto al desenfreno en el exterior, Arturo Mas reduce los 500 millones que dilapida en los medios de comunicación y los cerca de 200 en la inmersión lingüística, la Generalidad saldrá de apuros. Por otra parte existen varias partidas nacidas del aldeanismo político y que están destinadas a financiar organismos duplicados con la Administración central como al Defensor del Pueblo, la sindicatura de cuentas o los Consejos Comarcales donde al tripartito enchufó a centenares de pariente y paniaguados.
¿Para qué han servido, en fin, los 31 millones de euros que el Gobierno catalán destinó en 2007 a pagar 1.583 informes, algunos fronterizos con lo grotesco. Pues está claro: para meter dinero en los bolsillos de amiguetes especialmente favorecidos. La estupefacción del pueblo catalán crece día a día. Una clase política voraz despilfarra los recursos públicos y cuando llega la hora de los recortes se dedica a lesionar a quienes más debería respetar
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
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