The Economist no se fia de Mariano Rajoy. En un artículo impío con la economía española, el rotativo británico le dedica a Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, un durísimo pie de foto en el que se puede leer "Rajoy, the man with nothing to say" (Rajoy, el hombre con nada que decir). De esta forma el también conservador The Economist critica la falta de ideas concretas y la escasa eficiencia demostrada por el Partido Popular en materias de índole económica.
¿"Alguien quiere gobernar este país?” es la pregunta que se formula en relación a España. El anuncio del adelanto de las elecciones ha supuesto el pistoletazo de salida para una prueba de velocidad en la que los dos candidatos han de convencer, en apenas tres meses, de su capacidad para revertir la actual situación económica. “Rajoy promete una reforma y España, cuya economía está estancada, sin duda la necesita”, comenta la publicación británica, si bien estima que el candidato popular está “estirando su credibilidad al prometer austeridad sin dolor: ‘No haré recortes sociales’”.
Además, The Economist considera que los indicadores no son nada halagüeños: el paro en un 21%, el pobre crecimiento y, sobre todo, el gasto incontrolado de las autonomías preocupa a los analistas. El rotativo cuestiona que los gestores del Partido Popular sean sinónimo de eficiencia. Al respecto mencionan, como ejemplo, dos feudos conservadores. Recuerdan que, mientras Madrid “ha sido más humilde de lo que el Estado le exigía”, Cataluña, "con un volumen económico semejante al de Portugal, planea anunciar un déficit del 2,7%, más del doble del máximo esperado por la ministra Salgado”.
Votos o mercados, el dilema de Rajoy
El semanario da por sentado que Mariano Rajoy será el vencedor en el próximo 20-N ya que “las encuestas no dan casi opciones a Pérez Rubalcaba”. Así, la encrucijada en Génova pasaría por contentar simultáneamente a electorado y mercados. “Para ganar, Rajoy necesita parecer moderado ante el pueblo, pero para ganarse el respeto de los mercados y Bruselas las reformas deben ser muy severas”. Pone la publicación sobre la mesa otro problema a medio plazo: “Si el PP no consigue ser votado masivamente tendrá que gobernar en minoría y, por lo tanto, con menos margen de maniobra para actuar sobre la economía”.
Por último, desde la publicación de Londres reconocen que, sea cual sea el próximo Gobierno, tendrá por delante una tarea muy compleja: “La reducción del déficit es un reto difícil. Si el PP finalmente no sube los impuestos, como es su intención, tendrá que hacer algún tipo de recorte.” En esta línea, el medio económico cita a fuentes populares que aseguran que en privado, reconocen que “los recientes ajustes del ministerio de Economía son un buen comienzo” para la recuperación de España.
El objetivo es reducir el déficit sobre el PIB desde el 9,2% al 4% en 2014: “es el momento de que los líderes demuestren qué significa estar bajo su batuta”, concluye.
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