sábado, 11 de noviembre de 2017

La Escuela Escocesa Las Personas Perseguimos Objetivos

. Muchas instituciones habían surgido, para los escoceses, después de un largo proceso evolutivo dentro del cual las acciones deliberadas y específicas de los hombres habían arrojado resultados contrarios a la intención de sus iniciadores. Estos resultados eran lo que Adam Ferguson consideraba como la consecuencia de acciones humanas pero no de un designio humano ("The result of human action but not of human design"). Este importante descubrimiento iluminó el campo de las consecuencias no queridas de las acciones humanas, y estableció el punto de partida para la curiosidad intelectual que permitió el surgimiento de las ciencias sociales modernas.2 Toda indagación científica fértil comienza con una actitud de sorpresa por parte del espectador. Esta inquietud del espíritu humano se ve, muchas veces, favorecida por las características del escenario en el que le ha tocado actuar. La dres, 1978. Para un análisis polémico del tema especifico puede consultarse N. Barry, "The Tradition of Spontaneous Order" en Literature of Liberty, V. 2, Calif., 1982. En español cfr. Ezequiel Gallo, "La tradición del orden social espontáneo: Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith", Libertas, N° 6, IV, Buenos Aires, 1987. Existen dos trabajos sobre Adam Smith que tocan el tema: Alfredo Irigoin, "La vigencia de Adam Smith", y Támara Avetikian, "Selección de escritos de Adam Smith" (ambos en Estudios Públicos, N° 26, Santiago de Chile, 1987). Un par de citas de Adam Smith que se incorporan en este texto aparecen, también, en la selección de Avetikian. Su repetición se hace imprescindible porque son centrales para el tema aquí analizado. 2 Estos temas han sido muy bien tratados por F. A. Hayek en su Law. Legislation and Liberty, i. capítulos 1 y 2, Londres, 1973. LA ILUSTRACIÓN ESCOCESA 275 Escocia de comienzos del siglo XVIII desplegaba frente al espectador inquieto un paisaje de contrastes tan nítidos como llamativos. En sus tierras bajas (lowlands) comenzaban a emerger los primeros signos de esa gran revolución comercial e industrial que conmovió los cimientos del mundo en los siglos venideros. En esa región todo era febril actividad, multiplicación de empresas y de empleos, contactos con los puntos más alejados de la Tierra y un bullicio que reflejaba expectativas cada vez más optimistas. En las tierras bajas el espectáculo de la creación de la riqueza golpeaba incesantemente a las mentes más alertas de la época. No había que recorrer mucho trecho en aquella Escocia para toparse con un mundo diametralmente opuesto. Las tierras altas (highlands) ofrecían una geografía tan atractiva como áspera, marco adecuado para ese mundo viril y altivo de los clanes, mundo aislado, pobre e impotente para contribuir a la multiplicación de la especie. Un abismo separaba a ambas regiones, el contraste entre riqueza y pobreza, entre progreso y estancamiento. Contraste que no reflejaba solamente una realidad contemporánea de fácil comprobación, reflejaba además y en miniatura la historia de una humanidad que sólo por breves períodos, y en espacios restringidos, había conocido el bullicio de las tierras bajas. Un mundo, en suma, que casi siempre había tambaleado, si no retrocedido, en sus intentos de posibilitar la supervivencia y crecimiento de sus habitantes. Eran siglos y no sólo kilómetros los que separaban a las tierras bajas de las altas. Frente a esta situación es que surgieron las preguntas que se dedican a contestar los autores escoceses. Primero, ¿cuáles son los pasos y los mecanismos institucionales por medio de los cuales los hombres van abandonando la rústica sociedad anterior y se van integrando en las complejidades de la nueva sociedad? En segundo lugar, ¿cómo se puede hacer para que ese tránsito no se frustre permanentemente y siga avanzando sobre bases sólidas?3 Una buena pregunta puede no llevar a una buena respuesta si las premisas sobre las que se basa no son realistas. En los estudios humanos la alternativa más rentable es comenzar por un análisis riguroso de las características, motivaciones y propensiones de los únicos seres con existencia. 3 Un buen esbozo de este problema puede verse en la excelente introducción de Duncan Forbes al "Essay" de Ferguson (Edinburgh, 1966). 276 ESTUDIOS PÚBLICOS real, que son los individuos que componen la sociedad. Sólo luego de establecida esta premisa puede iniciarse el estudio de las distintas combinaciones que resultan de las muchas y transitorias interacciones que tienen lugar entre esos individuos.4 Los textos de nuestros tres autores han sido agrupados de acuerdo con criterios que permitan delimitar los distintos temas en la forma más sistemática posible. No han podido evitarse algunas superposiciones, porque ellas están contenidas en el estilo literario que caracterizaba la época. En una primera sección, hemos agrupado reflexiones de los tres autores referidas a algunas de las características básicas de la naturaleza humana. Hemos incluido, especialmente, el tema "egoísmo-benevolencia", porque ha dado lugar a infinidad de interpretaciones erróneas. De los textos surge claro que estaba lejos de nuestros autores el considerar a los seres humanos como fundamentalmente egoístas. Por el contrario, lo típico del hombre es la yuxtaposición de sentimientos diferentes, yuxtaposición en que las tendencias benévolas juegan un papel central en el establecimiento de relaciones sociales fructíferas. En esta sección se incluyen textos sobre otra institución escocesa, la de la capacidad inescapablemente limitada de la mente humana. Este tema fue solamente intuido por los escoceses; un desarrollo más sistemático del mismo sólo tendría lugar en épocas más recientes.5 El segundo capítulo está directamente referido a la teoría evolucionista de los escoceses. En este capítulo queda explícita la posición escocesa en los siguientes temas: a) la evolución de las instituciones humanas es en la gran mayoría de los casos producto de desarrollos espontáneos que dieron lugar, muchas veces, a consecuencias impensadas o no queridas por quienes emprendieron las acciones originales; b) esta evolución es observable no solamente en el caso de las instituciones políticas, sociales, jurídicas y económicas, sino también en otras instancias. El ejemplo del lenguaje es más que elocuente en este sentido; c) estos desarrollos han tenido 4 Esta posición analítica es conocida hoy con el nombre de individualismo metodológico y sus principales expositores contemporáneos son Popper, Hayek y Watkins. Para el debate alrededor de este tema véase la selección de textos en John O'Neill, Modes of Individualism and Collectivism, Londres, 1973. 5 Cfr. el artículo clásico de F. A. Hayek , "The Use of Knowledge in Society", en Individualism and Economic Order, Chicago, 1948. Ver también Thomas Sowell, Knowledge and Decisions, New York, 1980. LA ILUSTRACIÓN ESCOCESA 277 en general un signo ascendente positivo, pero los autores escoceses no excluyen la posibilidad de retrocesos dolorosos y traumáticos; d) la evolución es básicamente natural en cuanto se apoya en los ingredientes que componen la naturaleza humana. Necesita, sin embargo, de artificios que posibiliten limitar la incidencia de aquellos elementos de la naturaleza humana que conspiran contra el progreso de la especie. De ahí la importancia de algunas instituciones, como la propiedad privada, que cumplen la función de equilibrar las distintas, y siempre encontradas, pasiones humanas. La mención de la propiedad nos lleva al tercer grupo de citas. En él se analizan dos temas. El primero se refiere a las características que deben tener las instituciones sociales para hacer posible el progreso ordenado de la especie. El principio de gobierno limitado, de división de poderes, de respeto a la propiedad y el cumplimiento de los contratos aparecen así como los cimientos indispensables de toda comunidad progresista y civilizada. El otro tema que preocupó a nuestros autores es el de las características del proceso por el cual se arriba a las instituciones deseadas. De las citas transcriptas surge claramente la estrecha relación existente entre la teoría evolutiva de los escoceses y la preferencia por una actitud cautelosa y gradualista en el campo político. Nuestros tres autores preceden en este caso los análisis históricos más específicos de Burke y de De Tocqueville y sientan, de esa manera, el punto de partida de una actitud conservadora dentro de la tradición liberal clásica.6 No podía ser de otra manera. El orden institucional era visto, entonces, como el más adecuado al carácter complejo, y a veces contradictorio, de la naturaleza humana. El camino hacia su realización debía estar guiado, también, por consideraciones que no violentaran esa naturaleza. Los hábitos, prejuicios y pasiones de los hombres no podían ser destruidos de raíz sin arriesgar males mayores que los que se procuraba corregir. Hablando de la Constitución, decía David Hume que "en todos los casos es conveniente saber cuál es la 6 El pensamiento político de Hume ha recibido más atención que el de los otros dos autores escoceses. Para Hume puede consultarse Duncan Forbes, Hume's Philosophical Politics, Cambridge, 1975, y David Miller, Hume's Political Thought, Oxford, 1981. Para Adam Smith cfr. Donald Winch, Adam Smith Politics: An Essay in Historiographic Revisión, Cambridge, 1978, y para Adam Ferguson, David Kettler, The Social and Political Thought of Adam Ferguson, Ohio, 1965. 278 ESTUDIOS PÚBLICOS más perfecta, y debemos procurar que una forma de gobier- no real se acerque a ese ideal lo más que sea posible mediante suaves alteraciones...que eviten introducir perturbaciones graves en la vida social". En otra muestra del carácter sutilmente paradojal del pensamiento escocés, se trata de armonizar un mecanismo de cambio político institucional de raigambre conservadora para posibilitar, mediante la prolife- ración de los intercambios, procesos de movilidad social que permitan mejorar la posición de las personas dentro de la comunidad. En otras palabras, un orden político relativamente estable puede producir alteraciones radicales y progresivas en la estructura social de la comunidad.

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