lunes, 26 de septiembre de 2011

Las Mujeres no Militantes abandonan el PSOE

Las malas noticias se acumulan en la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Pese a sus esfuerzos por marcar la agenda política y lanzar propuestas para todos los sectores sociales, los estudios demoscópicos siguen constatando el desdén del electorado por la oferta socialista. El último dato procede de la Fundación Alternativas, un think tank próximo al PSOE, y resulta demoledor: los votantes sin adscripción ideológica, un 17% del total, han abandonado al partido de Rubalcaba, lo que supone un agujero de casi 6 millones de votos.

En contra de lo que pueda parecer, no se trata de un cambio de tendencia previsible, dada la actual situación económica y el auge del PP, sino de toda una revolución electoral en la historia de la España democrática. De acuerdo con el documento ¿Cómo votan los que no tienen ideología?, de los investigadores Álvaro Martínez y Lluís Orriols, es de la primera vez que los votantes no ideológicos se apartan del partido en el Gobierno.

“A lo largo de estas tres décadas de elecciones democráticas en España, los votantes sin ideología han apoyado mayoritariamente al partido en el Gobierno. Hasta fechas recientes, la mayor propensión de los votantes no ideológicos a votar al Gobierno se trataba de una regularidad que ocurría con independencia del color político del Gobierno o de la coyuntura económica”, señala el informe, que prosigue: “No obstante, en los últimos años esta pauta, que parecía consolidada, ha sufrido un progresivo debilitamiento hasta desaparecer totalmente en el periodo 2008-2011”. Por ello, la investigación concluye que “en las elecciones generales del noviembre de 2011 el Gobierno no contará con el apoyo de los votantes sin ideología”.

Así, por primera vez desde el colapso de UCD en 1982, el partido en el poder sale a competir con la oposición sin una importante ventaja de inicio, la mayoría del 17% de la población que no declara afinidad ideológica alguna, pero que se decanta por quien ya está en la Moncloa. Las causas de este cambio radical en el comportamiento de voto pasan, según el estudio, por “la imagen de partido poco moderado y con una alta carga ideológica” que ha proyectado el PSOE, así como por la “imagen muy negativa” que la crisis económica ha dejado de José Luis Rodríguez Zapatero y de su Ejecutivo.

Este fenómeno comenzó a detectarse en los comicios de 2008. Entonces, Zapatero logró el apoyo del 47,17% de los votantes sin ideología, pero la diferencia con el PP se acortó notablemente. Esta situación representó un cambio de tendencia, ya que algo así no se había producido ni en 2004, cuando el electorado neutral se mantuvo fiel al PP, ni en los momentos más críticos para el PSOE. Tanto en 1993 como en 1996, Felipe González siguió contando con el claro apoyo de este sector del electorado.

Mujeres de mayor edad y con pocos estudios

La desconexión entre los votantes no ideológicos y Zapatero comenzó con la apuesta socialista por extender derechos civiles, abrir un proceso de paz con ETA o reformar los estatutos de autonomía. El PP logró que este electorado viera la agenda socialista como “radical” durante la primera legislatura, mientras que la gestión de la crisis ha hecho el resto durante la segunda. Según el estudio, “estos niveles de insatisfacción con el Gobierno entre los votantes sin ideología son excepcionalmente elevados”, incluso comparados con los que tuvo que afrontar el PSOE en el último periodo del mandato de González.

En cuanto a las características de este perfil sociodemográfico, la Fundación Alternativas ha identificado que está compuesto en su mayoría por mujeres mayores con pocos estudios. Por ello, “pensionistas y amas de casa están sobrerrepresentadas en este grupo”, en comparación con los votantes ideológicos. Asimismo, su interés por la información política es sensiblemente menor.

Por otra parte, este perfil implica también menos participación electoral, aunque en España los votantes no adscritos acuden a las urnas en mayor proporción que los europeos. Concretamente, el 67% vota de media en las elecciones, frente al 52% que se registra en la UE. La participación de quienes sí declaran tener ideología sube en España hasta el 82%.

En este escenario adverso, Rubalcaba tiene por delante la dura tarea de convencer a las bases del PSOE de que merece la pena respaldar de nuevo a su partido, pero también debe hacer frente a un obstáculo inesperado: recuperar a buena parte de los electores sin ideología que han reaccionado contra el Gobierno de Zapatero. De ello depende el resultado del 20-N.

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