Las increíbles historias de los hombres más ricos de China
@Ángel Villarino .-(Guadalajara, 1980) es un periodista afincado en Pekín que trabaja desde hace cuatro años como corresponsal en Asia para varios medios de comunicación europeos y latinoamericanos. Sus constantes viajes le mantienen en contacto con la convulsa realidad de un continente que está experimentando la transformación económica y social más rápida de todos los tiempos. Con vocación panorámica, pero atento al detalle, este blog rastrea en primera persona tendencias e historias poco conocidas en España, desde los rascacielos de Hong Kong a los arrabales de Manila.
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@Ángel Villarino 04/07/2011 06:00h
Robin Li, el hombre más rico de China, junto a Bill Gates (Reuters)
China se convirtió el año pasado en el segundo país con más multimillonarios del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, en una economía en la que las grandes compañías siguen en manos del estado, no es tan sencillo escalar hasta el club de los más ricos del planeta. Digamos que abundan las grandes fortunas, pero no tan grandes como para codearse con Carlos Slim, Bill Gates, Warren Buffet o Amancio Ortega. Sacando a Hong Kong y Macao de la ecuación, sólo siete chinos aparecen en el último “Top 200” de Forbes. Ninguno de ellos heredó un patrimonio importante y la mayoría utilizó pequeños préstamos de familiares y amigos para arrancar. Tampoco provienen de Shanghái o Pekín, sino de zonas rurales y provincias pobres. Hubo quien empezó comprando ovejas, quien lo hizo plantando arroz con las manos desnudas, programando en la cocina de su casa.... Estas son sus historias.
Li Yanhong (Robin Li). 9.400 millones de dólares - 95º más rico del mundo
El 1 de enero del 2000, Robin Li se reunió con los cinco programadores que acababa de contratar y les explicó las reglas. Trabajar duro, no fumar en la oficina y no encariñarse con mascotas. Pocos meses después de su nacimiento, Baidu era ya el primer buscador de Internet de China, con una cuota de mercado superior al 80 por ciento. La facturación de la compañía se ha disparado desde entonces, en un país que sostiene la mayor comunidad internauta del mundo (se rozan ya los 500 millones). Éste año, Li se convirtió en el primer chino continental que entra en la lista de los 100 hombres más ricos del mundo. Según Forbes, ocupa el puesto 95.
El creador del Google chino nació en 1968 en Shanxi, una de las provincias pobres del interior. Estudiando duro, consiguió entrar en la prestigiosa Universidad de Pekín primero y, después, gracias a una beca, se hizo con un diploma de Ingeniería Informática en la Universidad Estatal de Nueva York. Actualmente, Baidu emplea a 12.000 personas y su cuota de mercado supera el 83%, haciendo frente sin problemas a la competencia de Google, que en China apenas se utiliza en un 10% de las búsquedas. Como la mayoría de los empresarios chinos de éxito, Robin Li goza de las simpatías y el apoyo del Gobierno. No en vano, su compañía colabora con el sofisticado sistema de censura del régimen.
Liang Wengen. 8.000 millones de dólares - 114º más rico del mundo
Liang Wengen, el segundo chino más rico
Cuando le preguntan cómo amasó su fortuna, Liang Wengen siempre cuenta la historia de las ovejas. Este ingeniero de minas nacido en la provincia de Hunan trabajaba en una empresa estatal cuando en 1986 alguien le filtró, por casualidad, una información privilegiada: el precio de la carne de ovino se iba a disparar en breve. Liang abandonó su trabajo y, junto a otros tres colegas, se puso a comprar ovejas por los pueblos. Según sus cálculos, podría conseguir plusvalías de hasta 20 yuanes (unos dos euros) por cada cabeza de ganado. Una vez cargado el primer camión, se dieron cuenta de que el negocio no tenía ningún recorrido, ya que los precios bajarían nuevamente en cuestión de días.
Después de embarcarse en otros proyectos fallidos, Liang emprendió la aventura que le haría rico. Con un préstamo inicial de 8.000 yuanes (unos 800 euros) montó un taller de soldadura. En 1989 lo convirtió en el Grupo Sany e incrementó la inversión hasta los 60.000 yuanes (unos 6.000 euros), con los que consiguió subirse en la ola de la recién estrenada fiebre constructora. En los años 90, la suya se había convertido ya en una de las pocas compañías privadas que destacaba sobre las demás, vendiendo a las constructoras todo tipo de maquinaria y cerrando suculentas contratas con empresas públicas.
Zong Qinghou. 5.900 millones de dólares - 169º más rico del mundo
Nieto del secretario de finanzas de uno de los señores de la guerra de la China pre-maoísta, e hijo de un burócrata del Kuomintang, su familia fue reducida a la pobreza más absoluta tras el triunfo de la Revolución. Zong trabajó quince años como campesino, plantando té, recogiendo arroz y fabricando sal, hasta que fue contratado como personal de venta en una pequeña fábrica. Hasta que a los 42 años, en 1987, abrió su propio almacén, desde el cual distribuía barras de hielo con la ayuda de un viejo triciclo.
En pocos meses, reunió el dinero necesario para abrir una diminuta fábrica artesanal de bebidas dietéticas para niños, a la que llamó Wahaha. Dos años después, empezó a invertir en publicidad, con un anuncio de bajo presupuesto emitido en televisión que hizo la marca famosa en toda China. El siguiente paso fue promover nuevos refrescos y ganarse las simpatías del Gobierno con fórmulas nacionales para competir con Coca Cola y otras marcas occidentales. Actualmente es el propietario de la primera compañía de bebidas del gigante asiático y la quinta del mundo. Tiene permiso de residencia en Estados Unidos desde 1999 y es su hija quien se encarga, desde hace varios años, del negocio familiar.
Li Li. 5.700 millones de dólares - 179º más rico del mundo
Tras acabar la carrera de Química, optó, como tantos de sus compañeros, por buscar trabajo en empresas estatales. Su primer contrato fue con una empresa de carnes. El segundo, en una mastodóntica industria farmacéutica. Aburrido de la burocracia, decidió abrir su propio negocio, combinando lo que había aprendido en ambos sectores. En 1998 fundó Hepalink, empresa especializada en la producción de heparina sódica, un anticoagulante muy utilizado por la industria farmacéutica que se puede extraer de las vísceras de los cerdos. Actualmente, Li es el principal productor mundial de heparina sódica. Se calcula que sus laboratorios utilizan 360 millones de intestinos de cerdo al año.
Wu Uajun, la mujer más rica de China (Archivo)
He Xiangjian. 5.500 millones de dólares - 185º más rico del mundo (empate)
Nacido en la provincia de Cantón, He Xiangjian no habla bien el mandarín. En la escuela no pudo aprenderlo, ya que sus padres lo sacaron antes de acabar la primaria y lo pusieron a trabajar en una granja. En 1968, convenció a 23 de sus vecinos para abrir una cooperativa con 5.000 yuanes (500 euros), a la que bautizó Midea y con la que empezaron a fabricar algunos sencillos productos de plástico. Doce años después, el volumen de negocio se había disparado y diversificaron, dedicándose a producir ventiladores de baja calidad, entre otras cosas. Hoy en día, Midea es el mayor fabricante y exportador de objetos cotidianos y electrodomésticos de China y uno de los cinco más potentes del mundo. Da trabajo a cerca de 150.000 personas. Además de en China, tiene fábricas en Egipto, Vietnam y Bielorrusia. He ha preferido mantener a su familia fuera del negocio, rompiendo con una arraigada tradición. En su opinión, es preferible dedicarse a otras cosas, ya que el modelo de negocio familiar es obsoleto. Él mismo abandonó la presidencia en 2009.
Wu Uajun. 5.500 millones de dólares - 185º más rico del mundo (empate)
Wu Uajun es la única mujer de la lista y mantiene una estricta política de privacidad que sus colaboradores llaman “el principio de las tres veces no”. Consiste en no firmar nada, no permitir que nadie la fotografíe o filme y denegar cualquier entrevista. Su fortuna proviene del sector inmobiliario y la construcción, en el que esta mujer de Chongqing empezó a invertir cuando trabajaba como periodista en una pequeña revista económica. Después de hacer algún dinero, decidió dejar definitivamente el periodismo y abrir una pequeña empresa constructora. Desde la presidencia, ha convertido el grupo Long Hu en uno de los mayores gigantes del país.
La señora Wu asegura que la idea se le ocurrió después de la traumática experiencia de comprarse una casa en China. Con el dinero por delante, tuvo que esperar un año más del plazo acordado para recibir las llaves; y otros 12 meses hasta que llegó el gas natural. Dos años después de haber pagado descubrió que el aire acondicionado ni siquiera estaba instalado, que el ascensor empezaba a fallar y que los materiales eran tan malos que las paredes se estaban pelando con la humedad. Según la mitología publicitada por la propia empresa, el grupo creció apostando por casas de calidad, aún a costa de un margen de beneficio menor que el de sus competidores.
Xu Jiayin. 5.100 millones de dólares - 200º más rico del mundo
Xu Jiayin, octavo más rico (ARCHIVO)
Como tantos otros chinos del interior, el entonces analista económico Xu Jiayin se marchó a principios de los noventa de su provincia natal, Henan, para buscar oportunidades en el dinámico sur del país, donde se estaban experimentando los cambios estructurales anunciados por Deng Xioaping. Trabajando para empresarios locales, Xu contribuyó a levantar de la nada una ciudad que hoy es el hogar de más de diez millones de personas con la renta per capita más alta de China: Shenzhen.
En 1995 empezó a trabajar en el sector inmobiliario y de la construcción por cuenta ajena en Guangzhou, la capital de Cantón. Dos años después, fundó el grupo Evergrande con varios inversores. La empresa pertenece hoy a los llamados “cinco tigres inmobiliarios” de Cantón y Xu Jiayin es conocido por sus obras de caridad y por poseer el equipo de fútbol de la ciudad, el Guangzhou Evergrande, que ganó uno de los torneos más importantes del país en 2010.
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