La crisis internacional ha azotado con especial virulencia a España, cuya economía ha perdido peso en el mundo y en Europa desde el año 2007.
El PIB per cápita de nuestro país ha pasado de representar el 105% de la media de la UE-27 al comienzo de la crisis, en el año 2007, al cien por cien que registró en 2010, según los datos hechos públicos ayer por la Oficina de Estadísticas Europea, Eurostat. Pero fue el año pasado, cuando España perdió más posiciones frente a Europa. Las principales economías de la UE, especialmente Francia y Alemania, registraron meteóricas recuperaciones, mientras la actividad continuaba estancada en España. Esto llevó a nuestro país a retroceder tres puntos en su convergencia con Europa en un solo ejercicio. Así, la riqueza de los españoles, comparada con la de la media de la UE, retrocedía a los niveles del año 2002.
España sale todavía peor parada si se compara con la zona euro. La renta per cápita de los españoles está ocho puntos por debajo de la media de los diecisiete países que comparten la moneda única. Al comienzo de la crisis esta divergencia se había reducido a cuatro puntos.
Un año más los ciudadanos de Luxemburgo se sitúan en cabeza de la riqueza de la Unión Europea, con una renta per cápita del 271%, casi el triple de la media, seguidos a distancia por los holandeses, con el 133%. En el otro extremo de la clasificación están búlgaros y rumanos, con el 44 y el 46% de renta media respectivamente. Si se toman los datos de nivel de consumo per cápita, un nuevo ratio más ajustado a la realidad que el del PIB dividido por el número de ciudadanos, los españoles se sitúan en el 95% de la media de la Unión Europea y un 12% por debajo de la media de los países del euro.
Poco duró el sueño de acercarse e incluso superar la renta de los grandes países europeos. Todavía suenan los ecos de un orgulloso José Luis Rodríguez Zapatero anunciando que el PIB per cápita de España había superado al de Italia. Ocurrió en 2007, cuando la riqueza de nuestro país se situaba en el 105% de la media europea, y la de Italia en el 104%. Pero el ahora presidente del Gobierno en funciones fue incluso más lejos y auguró que nuestros país superaría incluso a Francia. No pudo ser. Los tres puntos de diferencia que nos separaban al comienzo de la crisis de nuestros vecinos no solo no se han recortado sino que se han ensanchado. En 2010 fueron ocho.
España se queda de nuevo atrás, en el furgón de cola, más cerca de Chipre o de Grecia, que de las grandes potencias europeas. Y las perspectivas para este año y 2012 son poco halagüeñas. España seguirá perdiendo peso y posiciones en Europa. Nuestra economía, según las previsiones de los principales organismos internacionales, crecerá este año un 0,7% y en 2012 se estancará y podría entrar en recesión.
Ayer mismo, el Banco de España advertía que el PIB español volverá a contraerse en el último trimestre del año. «Se está produciendo una recaída de la actividad en medio de un contexto exterior y financiero adverso», aseguró el director del servicio de Estudios de la entidad, José Luis Malo.
También se desaceleran las grandes economías europeas, pero menos, de modo que la distancia entre los más ricos y los más pobres se ensanchará en los próximos ejercicios. Según las últimas previsiones de la CE, Alemania crecerá este año casi un 3%, dos puntos más que España, y en 2012 un 0,8% también por encima de lo previsto para nuestro país.
En este entorno recesivo para España y adverso para el conjunto de Europa, el futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se plantea como uno de sus principales retos avanzar posiciones en la Unión Europea. Ya lo hizo el Gobierno de José María Aznar, que convirtió la convergencia con la UE en un objetivo prioritario. En 1996, cuando el PP llegó a la Moncloa, el PIB per cápita de España era del 92% de la media europea. Cuando ocho años después dejó el gobierno, nuestro país superaba ya la media de la UE a 27, alcanzaba el 101%.
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