Mariano Rajoy reapareció este sábado en la Convención Nacional del PP para reforzar su perfil de líder. El presidente popular anunció que su partido pedirá en el Congreso la eliminación de cualquier privilegio de diputados y senadores con respecto al resto de los españoles en materia de pensiones. Con esta iniciativa, sale al paso del malestar social por que sus señorías alcancen la pensión máxima con siete años en el Parlamento, mientras reforman el periodo de cotización o la edad de jubilación del resto de la población.
Remangado, sin corbata ni chaqueta, Rajoy se sometió a las preguntas de varios jóvenes de Nuevas Generaciones, y aprovechó la sesión para destacar la “unidad” del partido. Y es que, tras años de zozobra interna, el presidente popular ha comenzado a recibir el calor de la militancia, que ya le observa como el próximo inquilino de la Moncloa. Como expresó el propio líder del PP al hablar de la importancia de la familia, “cuando las cosas van mal bien salen amigos de todas partes, pero cuando el teléfono no suena nunca, te das cuenta de que van mal”.
En un acto milimétricamente preparado, el gallego pudo relajarse para responder sobre sus inicios en la política, el desprestigio actual de esta actividad, la economía, el deporte o su familia. Rajoy expresó que no debe ser fácil ser hijo suyo, en línea de lo que ya reconoció Felipe González con respecto a su familia. “Yo le explico a mi hijo Mariano que soy como Mourinho. Unos le ponen verde y otros hablan bien de él”, indicó.
El hijo mayor de líder del PP, de 11 años, no soporta que paren a su padre por la calle, pero Rajoy está más que acostumbrado a ser un personaje público. Lleva 30 años dedicándose a la política, y asegura que ya ha visto de todo. Para aguantar, sostiene que hace una hora o dos de ejercicio diario, y recomienda no fumar. “Aunque yo estoy en ello y no es fácil”, confesó.
Pero la “unidad” de la que presumió el líder popular, “tiramos todos en la misma dirección”, no está exenta de turbulencias. Así, Rajoy lanzó un mensaje de agradecimiento a Nacho Uriarte, presidente de Nuevas Generaciones, que recientemente ha sido condenado por dar positivo en un control de alcoholemia tras un accidente de tráfico. Uriarte moderó el diálogo con los jóvenes militantes ante la mirada de dirigentes veteranos como María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Ana Mato, Alberto Núñez Feijóo o Francisco Camps.
Camps, ovacionado y reforzado
El presidente de la Comunidad Valenciana continúa su proceso de legitimación interna para repetir como candidato en mayo, pese a que el caso Gürtel amenaza con sentarlo en el banquillo en los próximos meses. Mato respaldó ayer a Camps asegurando que ha sido una víctima del PSOE. “Lo han intentado todo contra él, han utilizado las peores tretas”, afirmó la vicesecretaria de Organización, quien también destacó que las encuestas le dan como ganador. Camps acudió a la Convención para hablar de sanidad, pero no necesitó hablar para obtener una gran ovación de bienvenida.
Por otra parte, Jaime Mayor Oreja fue el encargado de recordar que el componente ideológico tampoco está exento de disensiones. El portavoz del PP en Europa cargó contra el Gobierno por “estar abrazado a la administración de la cultura de la muerte”, y defendió una regeneración moral para hacer frente a la crisis de valores que, a su juicio, padece la sociedad.
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