jueves, 4 de octubre de 2018

La Biblia y la Economía

A lo largo de las Escrituras, especialmente en el libro de los Proverbios, la indolencia, la pereza, la holgazanería, se ven como grandes males morales y como la causa importante de la pobreza. Modernos pensadores tales como George Gilder (autor de Riqueza y Pobreza, un best seller de Economía) ha afirmado lo que la Biblia ha dicho por milenios, acerca de la riqueza y la pobreza. “La única ruta confiable para escapar de la pobreza es siempre trabajo, la familia, y la fe.

Las cosas materiales fueron creadas para la gloria de Dios y beneficio del hombre. (2) Aún cuando las cosas materiales temporales son buenas e importantes, no constituyen el propósito de la existencia. Nuca debemos de perder de vista que también hay cosas espirituales eternas (Dios, el alma humana, los m

La Biblia es el libro sagrado de la cristiandad, y es fuente de inspiración religiosa; sin embargo, también se pueden sacar algunas enseñanzas económicas. En el libro del Génesis (XIII) sobre la separación de Abraham y Lot se cuenta lo siguiente: “Cuando Abraham salió de Egipto, con su esposa y con todo lo que tenía, regresó a la región del Négueb. Su sobrino Lot se fue con ellos. Abraham era muy rico, pues tenía oro, plata y muchos animales. Lot también era muy rico, pues, al igual que su tío Abraham, tenía muchas ovejas y vacas, y gente que acampaba con él; pero el lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales. Ya no podían vivir juntos, pues los que cuidaban el ganado de Abraham se peleaban con los que cuidaban el ganado de Lot. Así que un día Abraham dijo a Lot: “Tú y yo somos parientes, y no está bien que haya disgustos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. Ahí tienes toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú vas al norte, yo me iré al sur; y si tú vas al sur, yo me iré al norte.”. ¿Cuál era el problema entre Lot y Abraham? “El lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales. Ya no podían vivir juntos”. ¿Qué solución encontraron? “Ahí tienes toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú vas al norte, yo me iré al sur; y si tú vas al sur, yo me iré al norte.” Las actividades primarias como la agricultura, el pastoreo, la minería, etc, se caracterizan por tener rendimientos decrecientes. Es decir, que a medida que se produce más, los costos crecen más. Siempre se llega a un punto, después del cual el recurso no está disponible, en la misma cantidad o calidad a la anterior unidad del recurso utilizado. Si una nación se especializa en agricultura o pastoreo como en el caso de Lot y de Abraham habrá un momento en que después de usada toda la tierra, y que “no puedan vivir juntos”, más rápido que tarde, sus habitantes tendrán que emigrar, probablemente a tierras inferiores, hasta que el ciclo termina, cuando no haya más tierras para ocupar. Precisamente, los rendimientos decrecientes de las actividades basadas en la naturaleza son la causa de los procesos colonizadores, como lo señala Alfred Marshall (1890, Principios de economía), en el caso de la separación de Lot y de Abraham, e igualmente como lo es en el caso de nuestra colonización antioqueña. El cambio técnico en las actividades agrícolas incrementa la presión sobre los recursos naturales, y aumenta la productividad, sin embargo, estas actividades, en comparación con las actividades urbano-industriales, sólo pueden ser rentables, mediante mecanismos de fuerte apoyo gubernamental y frondosos subsidios, como sucede en los países desarrollados (PD), debido a la alta competencia (perfecta) en los mercados y la alta variabilidad de los precios como las características más sobresalientes de los bienes intensivos en recursos naturales, que se agregan a los rendimientos decrecientes. Por está razones se explica la racionalidad de los enormes subsidios agrícolas que los PD pagan a sus agricultores, que han sido la manera, artificial por supuesto, como los PD han convertido a la agricultura en una actividad de “retornos crecientes”. Entre más siembran más reciben. Como resultado, la nación especializada en productos primarios queda atrapada en una actividad económica que cada vez produce menos y menos, por unidad de los factores productivos. Entre más produce más pobre se hace, y el medio ambiente se deteriora más, constituyendo así la doble trampa de los recursos naturales: Pobreza y degradación del medio ambiente van de la mano con la especialización, que resulta de los recursos naturales, y la articulación al comercio internacional que resulta de ésta ventaja comparativa. Históricamente, señala E. Reinert, ha habido dos vías de escape de la trampa de los recursos naturales. La primera es la vía señalada en el Génesis, que funciona siempre y cuando todavía haya una frontera agrícola abierta con tierras disponibles. La segunda, que es un poco más sofisticada, consiste en construir, lo que Michael Porter llamó la ventaja comparativa creada, basada en actividades de rendimientos crecientes o de costos decrecientes, con alto valor agregado e intensivas en conocimientos, donde el cambio técnico es más rápido, la productividad es más alta, y los salarios son mas altos, al contrario de las actividades primarias. Esta ha sido la vía de los PD.

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