“¿Para qué quieres quedarte en España? ¿Para pagar impuestos?”
El profesor y catedrático de sociología Mauro F. Guillén. (Fundación Rafael del Pino)
Miguel Ayuso

30/10/2012 (06:00h)
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No cabe duda de que el mundo está abierto a un escenario de enormes incertidumbres, pero hay algunas certezas, a las que los gobernantes deberían prestar atención. Con el ánimo de aportar algo de luz al convulso panorama económico y social que nos espera vivir en lo que queda de siglo, los reconocidos investigadores sociales Emilio Ontiveros y Mauro F.Guillén han unido fuerzas para presentar un ensayo de título explicito, Una nueva época. Los grandes retos del siglo XXI (Galaxia Gutenberg /Círculo de lectores), que presentaron ayer en la Fundación Rafael del Pino de Madrid.
Cuando se abordan estos tipos de temas, suele haber una importante desconexión entre el mundo académico y el político. Pero aún mayor es la desconexión de estas esferas con la ciudadanía, que no sabe muy bien a qué atenerse. Mauro F. Guillén, catedrático de la prestigiosa escuela de negocios Wharton School –oriundo de Oviedo, pero residente en Estados Unidos–, que ha atendido a El Confidencialtras la presentación del libro, es claro al respecto: “En una situación como la actual, hablas de todas estas cosas globales, macrotendencias, qué es lo que puede ocurrir o no, y el error es pensar que eso no tiene nada que ver con el día a día y con las decisiones que tenemos que tomar aquí mañana. Y no es que tengamos que tomar decisiones a largo plazo, es que tal y como veo la situación en España, si los parámetros son los que tenemos –seguir con el Euro, seguir en Europa– aquí no hay una salida que podamos tomar nosotros por nuestra cuenta”.
Guillén sabe muy bien lo que es emigrar. A finales de los 80 fue a Estados Unidos a estudiar el doctorado. No volvió. Hoy es el segundo español más citado en artículos científicos del mundo, y dirige el instituto de management y estudios internacionales de una prestigiosa escuela de negocios. En su opinión, la situación dista mucho de parecerse a la actual, en su día volvieron muchos, hoy no va a volver nadie: “Allí nos quedamos muy pocos. Era una época de alto paro. Yo me fui en el 87, antes de que cayera el desempleo, pero había oportunidades aquí, me fui a formarme y me quedé, pero por otras cuestiones. La decisión interesante a analizar es porque hubo gente que se fue en los 90 y volvieron. Y lo hicieron hasta hace dos o tres años. Porque aquí había espacio, había crecimiento, había perspectivas. Te viene muy bien que la gente se vaya fuera, pero si luego vuelven. El problema es que ahora muchos de los que hemos formado aquí, pagando impuestos entre todos, se están yendo, porque no hay oportunidades. Eso es lo que hace todavía más grave la cuestión. Reduce un poco la presión sobre el mercado de trabajo pero se van los mejores, no los peores. En cada tipo de ocupación. Y de momento no van a volver. Es preocupante”
Luchando contra la incertidumbre
Para Guillén es necesario que los gobiernos cooperen para buscar soluciones conjuntas a los grandes retos que plantean la economía y la sociedad actual. El problema es que, ahora mismo, muchos países tiene las manos completamente atadas: “Los únicos países que cuentan en el contexto financiero y económico global, y que pueden ayudar a encontrar una solución, que a su vez facilite que cada país individual, incluido España, pueda salir adelante, son tres o cuatro. No son más. EE.UU. China, Alemania –no la Unión Europea, pues no es un actor que hable con una sola voz– y Japón, que ya no tiene tanto peso, pues cada vez está más enfocado en sus problemas, que son muy grandes. No tenemos un grupo de países que se entiendan entre sí. Y esto es un problema. Si no se entienden entre sí estos cuatro países, ninguna de ellos individualmente tiene el suficiente peso, o la suficiente proyección y capacidad de persuasión para decir ‘esta es la solución’ y que los demás les sigan. Ni siquiera EE.UU. o China”.
Luchando contra el juego de suma cero
En una partida de ajedrez uno de los contrincantes gana solo a costa de que el otro pierda. Es lo que se conoce como un juego de suma cero: la ganancia de uno de los participantes se corresponde exactamente con las pérdidas del otro. El mundo, por suerte, no funciona como una partida de ajedrez. Hay situaciones en las que todos ganan, y los países pueden apostar por colaborar entre ellos en busca de soluciones que sirvan a todos.
El juego de suma cero es evitable en el plano comercial pero, según Guillén, será muy difícil de evitar en la lucha por la energía y los recursos naturales: “A no ser que tengamos una nueva revolución tecnológica que nos saque del problema, cada vez estaremos más cerca de en una situación de suma cero en recursos. Son finitos y con el crecimiento de las economías emergentes la demanda se dispara. La intensidad de demanda de energía y recursos naturales y materias primas de China es varias veces mayor que la europea, porque esta es, al fin y al cabo, una economía de servicios. China no puede bajar del 7% de crecimiento, que es una locura, porque si no la gente se comerá al Partido Comunista”.
¿Por qué los políticos no se preocupan de esto? “Los problemas del corto plazo son tan importantes en este momento que nadie se va a preocupar por eso”, cuenta Guillén. “Pero una cosa te digo, hace tres días estaba con un inversor, un tipo que tiene una riqueza de más de 100.000 millones de dólares. Me dijo que todo en lo que está invirtiendo desde hace cinco años es en temas agua o alimentación. Es todo en lo que está invirtiendo. Sobre todo en África, donde se está forjando en gran medida el futuro de la economía global”.
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