martes, 30 de octubre de 2012

Quedarse en España para pagar Impuestos!!


“¿Para qué quieres quedarte en España? ¿Para pagar impuestos?”

“¿Para qué quieres quedarte en España? ¿Para pagar impuestos?”
El profesor y catedrático de sociología Mauro F. Guillén. (Fundación Rafael del Pino)
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No cabe duda de que el mundo está abierto a un escenario de enormes incertidumbres, pero hay algunas certezas, a las que los gobernantes deberían prestar atención. Con el ánimo de aportar algo de luz al convulso panorama económico y social que nos espera vivir en lo que queda de siglo, los reconocidos investigadores sociales Emilio Ontiveros y Mauro F.Guillén han unido fuerzas para presentar un ensayo de título explicito, Una nueva época. Los grandes retos del siglo XXI (Galaxia Gutenberg /Círculo de lectores), que presentaron ayer en la Fundación Rafael del Pino de Madrid.
Cuando se abordan estos tipos de temas, suele haber una importante desconexión entre el mundo académico y el político. Pero aún mayor es la desconexión de estas esferas con la ciudadanía, que no sabe muy bien a qué atenerse. Mauro F. Guillén, catedrático de la prestigiosa escuela de negocios Wharton School –oriundo de Oviedo, pero residente en Estados Unidos–, que ha atendido a El Confidencialtras la presentación del libro, es claro al respecto: “En una situación como la actual, hablas de todas estas cosas globales, macrotendencias, qué es lo que puede ocurrir o no, y el error es pensar que eso no tiene nada que ver con el día a día y con las decisiones que tenemos que tomar aquí mañana. Y no es que tengamos que tomar decisiones a largo plazo, es que tal y como veo la situación en España, si los parámetros son los que tenemos –seguir con el Euro, seguir en Europa– aquí no hay una salida que podamos tomar nosotros por nuestra cuenta”.
Cada vez que mencionas el envejecimiento de la población se ve como un tema menor y se discute la actualidad, del mañana inmediatoAlemania no parece, de momento, dispuesta a colaborar, y tal como están las cosas sólo hay una cosa que los ciudadanos españoles puedan hacer para mejorar su situación: emigrar. Guillén insiste en que la situación puede ser todavía peor, cuando se manifieste el gran problema demográfico al que tendremos que enfrentarnos tarde o temprano: “Cada vez que mencionas el envejecimiento de la población se ve como un tema menor y se discute la actualidad, del mañana inmediato. Pero claro, si no nos preparamos ya, dentro de 10 o 15 años, teniendo en cuenta el crecimiento tan bajo que tenemos, y con un desempleo estructural tan alto… ¿Quién va a pagar el sistema? Además, hay un problema añadido. La gente joven se está dando cuenta del problema y se está yendo. Si yo me quedo aquí no sólo no tengo trabajo ahora, es que si tengo trabajo voy a tener que pagar impuestos muy altos para financiar el sistema. La ecuación para la gente joven preparada en estos momentos no es sencilla. Todos los términos de la ecuación les está diciendo que se vayan a otro sitio. ¿Para qué quieres quedarte aquí? ¿Para pagar impuestos?”.
Guillén sabe muy bien lo que es emigrar. A finales de los 80 fue a Estados Unidos a estudiar el  doctorado. No volvió. Hoy es el segundo español más citado en artículos científicos del mundo, y dirige el instituto de management y estudios internacionales de una prestigiosa escuela de negocios. En su opinión, la situación dista mucho de parecerse a la actual, en su día volvieron muchos, hoy no va a volver nadie: “Allí nos quedamos muy pocos. Era una época de alto paro. Yo me fui en el 87, antes de que cayera el desempleo, pero había oportunidades aquí, me fui a formarme y me quedé, pero por otras cuestiones. La decisión interesante a analizar es porque hubo gente que se fue en los 90 y volvieron. Y lo hicieron hasta hace dos o tres años. Porque aquí había espacio, había crecimiento, había perspectivas. Te viene muy bien que la gente se vaya fuera, pero si luego vuelven. El problema es que ahora muchos de los que hemos formado aquí, pagando impuestos entre todos, se están yendo, porque no hay oportunidades. Eso es lo que hace todavía más grave la cuestión. Reduce un poco la presión sobre el mercado de trabajo pero se van los mejores, no los peores. En cada tipo de ocupación. Y de momento no van a volver. Es preocupante”
Luchando contra la incertidumbre
Para Guillén es necesario que los gobiernos cooperen para buscar soluciones conjuntas a los grandes retos que plantean la economía y la sociedad actual. El problema es que, ahora mismo, muchos países tiene las manos completamente atadas: “Los únicos países que cuentan en el contexto financiero y económico global, y que pueden ayudar a encontrar una solución, que a su vez facilite que cada país individual, incluido España, pueda salir adelante, son tres o cuatro. No son más. EE.UU. China, Alemania –no la Unión Europea, pues no es un actor que hable con una sola voz– y Japón, que ya no tiene tanto peso, pues cada vez está más enfocado en sus problemas, que son muy grandes. No tenemos un grupo de países que se entiendan entre sí. Y esto es un problema. Si no se entienden entre sí estos cuatro países, ninguna de ellos individualmente tiene el suficiente peso, o la suficiente proyección y capacidad de persuasión para decir ‘esta es la solución’ y que los demás les sigan. Ni siquiera EE.UU. o China”.
Cuanto antes tenga problemas Alemiania, mejor, para que se den cuenta de que están siguiendo unas políticas ridículasEs evidente que existe un problema de índole política. Faltan líderes que sepan aportar una visión global, de conjunto, pero faltan también, insiste Guillén, instituciones adecuadas, a nivel nacional y global: “Está claro que los políticos están errando, y no sólo ellos, sino más bien las propias instituciones que emplean los políticos. Claramente, una de las víctimas de esta transición bien puede ser el sistema de partidos políticos, o algunos partidos concretos. Lo que hemos visto en Europa son votantes muy dispuestos a llevarse por delante a líderes. Es muy posible que Merkel sea la única que haya sobrevivido y personalmente estaríamos mucho mejor si ella no estuviera aquí, francamente, porque no sabe tomar ninguna decisión que ayude al resto de Europa para ir por un camino un poco más constructivo. Está demasiado enfocada en tomar decisiones para contentar a ciertos grupos influyentes de Alemania que apoyan a su partido, y no está tratando de elevar su punto de mira para tratar de hacer algo como país excedentario, país acreedor y mayor economía de la zona euro. Cuanto antes tenga problemas Alemiania, mejor, para que se den cuenta de que están siguiendo unas políticas ridículas. Es uno de los países del mundo a los que les va mejor, pero no es un país que vive aislado, tiene que comerciar para que le vaya bien. Podrían aumentar los salarios de sus trabajadores, para que vinieran más de vacaciones aquí, compraran más cosas. No lo entiendo. Alemania no está a la altura de las circunstancias. No está dando una visión de conjunto”.
Luchando contra el juego de suma cero
En una partida de ajedrez uno de los contrincantes gana solo a costa de que el otro pierda. Es lo que se conoce como un juego de suma cero: la ganancia de uno de los participantes se corresponde exactamente con las pérdidas del otro. El mundo, por suerte, no funciona como una partida de ajedrez. Hay situaciones en las que todos ganan, y los países pueden apostar por colaborar entre ellos en busca de soluciones que sirvan a todos.
Si los países no toman decisiones coordinadas, podemos entrar en un panorama de suma cero en el cual, para salvarme, tengo que conseguir que el otro se hundaEl problema es que, en situaciones como está, hay países que pueden apostar por jugar al jaque mate, y Guillén cree que nadie sería capaz de evitarlo: “Hay signos, o señales, que hacen pensar en que la probabilidad de que el mundo entre en una guerra comercial o de monedas es del 20 o 25%. Eso nos llevaría al desastre. Sobre todo en un momento en el que no hay un foro efectivo, que funcione, para que las grandes economías del mundo eviten que esto ocurra. Si los países no toman decisiones coordinadas, podemos entrar en un panorama  de suma cero en el cual, para salvarme, tengo que conseguir que el otro se hunda. Es la situación en la que se vio el mundo en los años 30, con la gran depresión. El aspecto más nocivo de todo fue que los países, en cuanto vieron que el desempleo subía y la actividad económica bajaba, empezaron a protegerse. Todos. Levantaron barreras proteccionistas y eso agravo la crisis. No es que la situación fuera de suma cero, pero las decisiones de los países las provocaron. Eso es lo que tenemos que evitar ahora a toda costa”.
El juego de suma cero es evitable en el plano comercial pero, según Guillén, será muy difícil de evitar en la lucha por la energía y los recursos naturales: “A no ser que tengamos una nueva revolución tecnológica que nos saque del problema, cada vez estaremos más cerca de en una situación de suma cero en recursos. Son finitos y con el crecimiento de las economías emergentes la demanda se dispara. La intensidad de demanda de energía y recursos naturales y materias primas de China es varias veces mayor que la europea, porque esta es, al fin y al cabo, una economía de servicios. China no puede bajar del 7% de crecimiento, que es una locura, porque si no la gente se comerá al Partido Comunista”.
En África se está forjando, en gran medida, el futuro de la economía globalEn las siguientes décadas, si no se hace nada al respecto, la principal preocupación del mundo volverá a ser la de los primeros homo sapiens: tener algo que comer para sobrevivir. Guillén no tiene ánimos catastrofistas, pero es muy claro sobre el asunto: “En estos momentos hay previsiones fidedignas de que podemos llegar a una situación en la cual el 20 o el 30 % de la población del mundo esté sujeta a crisis recurrentes de agua. La inestabilidad que esto puede producir en un planeta cada vez más poblado es tremenda y con los alimentos pasa lo mismo. El principal empleo del agua es la agricultura, a la que se dedica casi el 80% del agua corriente”.
¿Por qué los políticos no se preocupan de esto? “Los problemas del corto plazo son tan importantes en este momento que nadie se va a preocupar por eso”, cuenta Guillén. “Pero una cosa te digo, hace tres días estaba con un inversor, un tipo que tiene una riqueza de más de 100.000 millones de dólares. Me dijo que todo en lo que está invirtiendo desde hace cinco años es en temas agua o alimentación. Es todo en lo que está invirtiendo. Sobre todo en África, donde se está forjando en gran medida el futuro de la economía global”. 

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