domingo, 26 de agosto de 2012

Los Ajustes de la Recesión Europea del 2013


Los ajustes llevan a Europa a su segunda recesión

La "falacia de composición": todos no pueden salir de la crisis por la vía de la exportación | Salarios recortados e impuestos hunden el consumo: en España caerá hasta fin del 2013 | Los países periféricos aplican medidas duras pero no recuperan su PIB

Economía | 26/08/2012 - 00:00h
Andy Robinson
Madrid
GreciaPortugal e Irlanda -el trío de países periféricos sometidos a programas de ajustes de la troika de UE, BCE e FMI- han realizado enormes esfuerzos en los últimos dos años en busca de la llamada devaluación interna, imprescindible, según se sostiene, para cerrar la brecha de competitividad con Alemania y anclar su presencia definitivamente en la unión monetaria.

Pero existe un fallo de lógica en la estrategia europea. La llamada falacia de composición. Si un solo país recorta salarios y aplasta su demanda interna para corregir un déficit externo y crecer por la vía de las exportaciones, la jugada puede funcionar. Si lo hacen dos, quizás, también. Pero si todos lo hacen y, sobre todo, si se apuntan al carro las economías periféricas más grandes, el resultado es recesión. Ya se perfila en los últimos datos sobre la actividad económica europea, La segunda recesión europea desde el 2008. Y, paradójicamente, crea un mayor peligro de insolvencia en la periferia.

Cada país "intervenido" hasta la fecha ha reducido sus costes laborales unitarios, tal y como se pedía. En el caso de Irlanda y Grecia, se han realizado recortes respectivos del 15% y el 17% de los salarios nominales. Portugal (al igual que España) ha mejorado su competitividad hasta la fecha sin recortes grandes de salarios gracias a aumentos de la productividad -producción por hora de trabajo-, fruto principalmente de la destrucción de empleo.

Aunque Grecia se somete a constantes criticas por su incumplimiento con su programa de ajuste, lo cierto es que el sacrificio del pueblo griego es sobrecogedor. Se calcula que el PIB habrá caído al fin del 2012 el 15% en dos años (el 22% desde el 2009), con una tasa de paro ya en el 23%. El salario mínimo se ha recortado el 22%. "Grecia atraviesa una depresión económica (...), pero está cumpliendo con las metas de devaluación interna", afirma George Pagoulatos, de la Universidad de Atenas. Lo cierto es que la depresión económica puede ser una parte inevitable del proceso de devaluación interna tal y como se vio también en Letonia, que tras firmar un memorándum con la troika en el 2008 realizó recortes salariales del 25% al 30% y registró una caída del 23% del PIB en dos años. Esto eliminó su déficit por cuenta corriente ayudado por un aumento de exportaciones. Ahora la troika considera Letonia un ejemplo para otros países, pese a que uno de cada tres jóvenes menores de 28 años se ha marchado del país. Irlanda, tras una reducción del PIB del 10% y la subida del paro del 5% al 16% en dos años, también ha logrado registrar un superávit por cuenta corriente este año. Es una devaluación interna de libro de texto que, al igual que en Letonia, ha supuesto la marcha de 78.000 jóvenes irlandeses a países como Canadá, Australia o Nueva Zelanda en doce meses.

Ahora, España e Italia -dentro o fuera de un programa de apoyo oficial- intensificarán sus propios programas de ajustes salariales y recortes del gasto público para acelerar su propia devaluación interna. Sólo que hay un problema. Conforme se suman a la carrera las economías grandes -a España e Italia les corresponde una tercera parte del PIB de la zona euro-, la euroeconomía está entrando en otra recesión. Esta semana, los indicadores de agentes de compras vaticinaban una caída del 0,5% del PIB de la zona euro en el segundo semestre del 2012.

Y, pese al optimismo respecto a intervenciones del BCE en el mercado de deuda soberana, "la ausencia crónica de crecimiento en Europa dificultará otra vez la resolución de la crisis de endeudamiento", dijo Jonathan Loynes, de Capital Economics, en Londres. Sólo hace falta echar un vistazo a los gráficos en esta página para comprobar que los países que más lejos han ido en la política de recortes salariales -Grecia e Irlanda- son los que han registrado las recesiones más duras.

Tras Letonia, Portugal e Irlanda son los alumnos estrella del proceso de devaluación interna. "La evolución de la deuda portuguesa hacia niveles sostenibles va exactamente como habíamos planificado", dijo Abebe Selassie, responsable del programa de Portugal del FMI, durante la asamblea del fondo en abril. Ajai Chopra, su homólogo en el programa irlandés, aplaudió el sacrificio de Irlanda, que ha conseguido reducir los costes laborales por unidad de producción casi el 14% mediante una combinación de draconianos recortes salariales y aumentos de la productividad.

Portugal ahora trata de acelerar el proceso de devaluación interna mediante aumentos drásticos de impuestos sobre el consumo interno -el IVA ha subido al 23%- mientras que se incentivan las exportaciones. Las ventas de hortalizas en el exterior han subido el 25% en el último año para situarse en una cifra récord de 1.000 millones de euros. Incluso sectores manufactureros han respondido al reto. "Estamos teniendo éxito en informática, componentes de automóviles y hasta bicicletas", dijo Paulo Monteiro Rodrigues, secretario general de la Asociación Nacional de Industrias, en Águeda. Los mercados aplauden también. El tipo de interés sobre el bono portugués a 10 años ha caído del 18% en enero al 9% esta semana. Irlanda acaba de emitir deuda en los mercados por primera vez desde que firmó el rescate con la troika en diciembre del 2009. "Irlanda y Portugal han registrado un grado significativo de éxito en la adopción de las reformas", explica Moody's en un nuevo informe.

Pero el éxito de Portugal e Irlanda, en realidad, subraya la envergadura del problema. En ambas economías, ser felicitado en el laboratorio de la terapia de choque coincide con la muerte de la economía. La Comisión Europea prevé una caída del PIB portugués este año del 3,3%, la recesión más grave de la zona euro tras Grecia. Asimismo, en Irlanda, la economía cayó el 1,1% en el primer trimestre, un fuerte revés tras los anuncios de misión cumplida en el ajuste a principios de año. "Hay una depresión en la demanda interna", dijo Stephen Kinsella, economista de la Universidad de Limerick. "Dicen que estamos saliendo del bosque, pero se nos caen los árboles encima", añade Michael Taft, asesor económico del sindicato Unite en Dublín.

El ejemplo del duro ajuste escandinavo

Moody’s advierte que el proceso de ajuste en los países deudores de la zona euro se parece al de Suecia y Finlandia en los años noventa. “Al igual que los periféricos europeos antes de la crisis, Finlandia y Suecia experimentaron los shocks de la liberalización financiera a mediados de los ochenta: burbujas, pérdidas de competitividad; desequilibrios externos. El proceso de ajuste fue muy duro. El PIB sueco cayó durante 11 trimestres seguidos, y el finlandés, 13 trimestres. Finalmente lograron registrar superávit por cuenta corriente y crecer. Tuvieron una ventaja: tenían sus propias divisas, y sus mercados de exportación en Europa y EE.UU. arrancaron con fuerza a mediados de los 90”.


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